El saco roto dejó ayer sólo un punto en el Carranza: dos se perdieron y no volverán jamás. El Cádiz tuvo que conformarse con el empate ante el líder. Y lo hizo pese a salir enchufado desde el principio, haciendo frente a un equipo que la pasada temporada se quedó a las puertas del ascenso y que este curso liguero ha vuelto a apoyarse en hombres y nombres con el único deseo de besar y abrazar el objetivo al que pidió la mano en verano.

Un punto ante el líder siempre debe dejar buen sabor de boca, pero la situación que viven los amarillos -sobre todo tras los resultados que se dieron ayer con las victorias de Real Unión, Murcia, Girona y Celta- y las numerosas ocasiones que se desperdiciaron ante el conjunto de Esteban Vigo dejaron caras largas.

Hay que mirar hacia arriba, aunque para hacerlo haya que sumar de tres en tres. El Cádiz no pudo ganar, pero borró la desaconsejable imagen que había dejado en el último partido en su feudo, ante el Levante. Los pupilos de Víctor Espárrago y Luis Soler se adelantaron pronto en el marcador y no bajaron los brazos con el empate visitante. Volvieron a ponerse por delante cuando peor pintaban las cosas y ante la segunda y última igualada del líder lo siguieron intentando hasta el final, hasta el último suspiro que dio Enrique tratando de sacar un penalti postrero. Sólo la falta de contundencia en la defensa, mareada por tanta calidad merodeando por su área, evitó un triunfo local que tampoco habría ayudado a abandonar los puestos de descenso visto lo visto.

Mejor no pudieron empezar las cosas para el Cádiz. El sol iba venciendo a la lluvia y a los dos minutos Cristian marcaba el primero de la tarde. Abraham, el mejor de ambos equipos durante los primeros 45 minutos, abría con criterio a la banda derecha y el lateral catalán se sacaba un centro chut que se colaba en la portería defendida por Calatayud. La lección aprendida ante el Levante se recitaba en voz alta y los amarillos volvían a ganarse el cariño de la afición al recordar a ese equipo que debutó fuera de casa de la mano de Espárrago con un sonoro triunfo en Soria.

Otra lección. Tiago Gomes explicaba que no dura mucho la alegría en casa del pobre y a los cinco minutos marcaba a placer tras aprovechar una magnífica pared entre Tote y Delibasic, una magnífica pared entre los nuevos amigos en los que se convirtieron los blandos defensores cadistas. El  Hércules se entonaba y tras una mala acción de Cristian por el centro de la zaga visitante, en la que se equivocó al abrir a López Silva, Delibasic aprovechaba un mal despeje amarillo para hacer que Casilla se luciera.

La grada murmuraba sus peores sensaciones. Y si bien empezaron las cosas, bien continuaron. Cuando peor pinta tenía el partido para los intereses del Cádiz, Abraham volvía a tomar la batuta en la mediapunta para habilitar a Enrique en la derecha. El extremeño centraba perfecto para que López Silva, intermitente una vez más, volviera a poner por delante al equipo de Espárrago con la venia de Pamarot, que no ayudó precisamente a la mermada defensa del Hércules.

Hasta el descanso, los amarillos capeaban las llegadas visitantes sin dejar de mirar al frente. Si Delibasic estaba en todas, Abraham entraba mucho en juego y ayudaba con su presión a taponar las posibles salidas de Abraham Paz con el balón. Sólo en defensa se iban cometiendo errores que habrá que ir corrigiendo para pasar menos apuros de los que ya se avecinan.

La segunda parte se seguía moviendo por rachas. Y recordó al partido contra el Levante. Farinós debió dejar a su equipo con diez, pero el árbitro le perdonó la segunda amarilla un par de veces. Y  Toedtli estuvo a punto de marcar. El delantero argentino no encontró recompensa a su gran trabajo y desperdició dos ocasiones claras de gol:  la primera tras disparar excesivamente pronto y mal al entender que estaba en fuera de juego, cuando no era así, y la segunda en un remate de cabeza que se marchó alto por poco tras un saque de esquina botado por Abraham, que ya a estas alturas se había quedado sin gasolina.

El Hércules no estaba muerto, ni de parranda, y tras unos arreones entre los que hay que incluir un clamoroso fallo de Paz solo ante Casilla, volvió a empatar. Tote recibió un balón de un saque de banda, hizo un magnífico control orientado ante Erice y tiró de pase de la muerte para que Delibasic marcara. Si siempre que perdonas lo acabas pagando, ante el líder de la categoría, líder por derecho, más todavía.

Con Tristán, Nano y Ramis ya en el terreno de juego, el Cádiz elaboraba sus últimas palabras.  Calatayud salvaba un disparo escorado de Enrique y López Silva remataba alto con su cabeza un elegante centro de Tristán. 

El Hércules no se quedaba corto y si Rufete está viviendo una segunda juventud, Del Olmo y Kiko Femenía también hacían de las suyas tras dejar el banquillo.

Sólo hubo tiempo para que Tiago Gomes y Álvaro Silva vieran su segunda amarilla, la del cadista bastante rigurosa, ya que tocó el balón con claridad.

Ficha técnica:

2 - Cádiz: Casilla, Cristian, Mansilla, Silva, Cifuentes, Dani Fragoso, Abraham (Nano, m.74), Erice, Enrique (Jonathan Ramis, m.82), López Silva y Toedtli (Diego Tristán, m.70)

2 - Hércules: Calatayud, Juanra, Abraham Paz, Pamarot, Dani Bautista, Farinós (Del Olmo, m.60), Rufete (Cristian, m.81), Tiago Gomes, Sendoa (Kiko, m.54), Tote y Delibasic

Goles:

1-0: m.2. Cristian; 1-1: m.8, Tiago Gomes; 2-1: m.22, López Silva; y 2-2: m.71, Delibasic.

Árbitro: Del Cerro Grande (madrileño). Expulsó, por doble tarjeta, a Tiago Gómes (m.44 y m.87) y a Silva (m.85 y m.88), y además amonestó a Abraham (m.32), Cristian (m.34) y Enrique (m.63).

Incidencias. Partido jugado en el estadio Ramón de Carranza ante unos 6.000 espectadores. Terreno de juego algo irregular y blando por las lluvias caídas sobre la capital gaditana.