El Cádiz CF ofrece síntomas preocupantes que se agudizan tras la derrota sufrida ante el Espanyol el pasado lunes 18 de octubre. No levanta cabeza y su trayectoria en nueve jornadas le colocan en un escenario complejo: una victoria, cuatro encuentros empatados y otros tantos perdidos.

Hay un dato que refleja el momento complicado del equipo amarillo. Ha caído ante los dos recién ascendidos a Primera División a los que ha enfrentado, con claridad en ambos casos. Si no suma un solo punto ante esos adversarios y ni siquiera tiene opciones de hacerlo, la contienda por la salvación, ya dura de por sí, se vuelve aún más dificultosa.

El conjunto de Álvaro Cervera perdió 3-1 en el terreno del Rayo Vallecano, el último equipo que consiguió el billete para la máxima categoría. La derrota se unió a la manifiesta inferioridad del Cádiz CF frente a un modesto que jugó sin complejos mientras los visitantes apenas tiraron a puerta. Ese revés fue la prueba palpable de lo que le espera este año a los amarillos salvo un cambio de rumbo que ahora mismo no se percibe.

De los tres que clubes que subieron, el Rayo es en teoría el de menor potencial, pero pasó por encima de un Cádiz CF incapaz de rascar un punto ante un rival directo en la pelea por la permanencia. Malas sensaciones a la espera de una reacción que no termina de producirse.

Tres semanas después, el cuadro gaditano volvió a naufragar, esta vez ante el Espanyol, otro de los que acaba de regresar a la élite. La pegada de los periquitos dejó sin posibilidades a un Cádiz CF que pecó de ineficacia.

Perder ante dos recién ascendidos no es la mejor carta de presentación para un equipo amarillo con evidentes limitaciones que empieza a sufrir en la pelea por el objetivo de una salvación que este curso va a ser mucho más difícil que el anterior.

El siguiente examen contra el tercer adversario que ha vuelto a Primera no queda muy lejos. El Cádiz CF se enfrentará al Mallorca en el estadio Nuevo Mirandilla (antes Carranza) el domingo 31 de octubre.