Por qué los lateros de las playas de Cádiz están tan indignados

Venta ambulante

Los vendedores ambulantes de las playas gaditanas piden explicaciones

Los lateros de las playas de Cádiz alertan de la proliferación de vendedores de dulces

Un vendedor ambulante camino por el Paseo Marítimo antes de entrar a la playa. / Lourdes De Vicente
R.D.

11 de julio 2022 - 12:29

Los lateros de las playas gaditanas están algo indignados, inquietos, por una competencia con la que no contaban en un principio. Tal como publicó este diario, la Asociación de Vendedores Ambulantes ha interpuesto una queja ante Consumo ante el aumento de vendedores sin licencia.

Más allá de la denuncia sobre el peligro sanitario por vender alimentos sin control, ahora los lateros de Cádiz ponen el foco en la falta de permisos de esta competencia en las arenas que les ha surgido.

En las playas de Cádiz, para la venta ambulante de bebidas y patatas, es necesario contar con una licencia que expide el Ayuntamiento gaditano. En caso contrario, está prohibida la venta. De ahí que la presencia de personas vendiendo dulces y otros alimentos haya desatado estos días la indignación de este colectivo.

Cómo funciona la licencia municipal para la venta en las playas

La ordenanza de playas dice explícitamente en su artículo 28 que solo pueden vender en la playa las personas que tengan los permisos y siempre con la acreditación visible. Además, aclara que la Policía Local podrá sustraer cualquier mercancía a toda persona que comercie en la playa sin licencia.

Para este 2022 en Cádiz, se habían sacado 72 permisos en total para vender en la playa. Estas licencias habilitan para operar en las arenas gaditanas del 1 de junio al 30 de septiembre. Estas autorizaciones se priorizan a personas con experiencia en la venta ambulante que son capaces de demostrar que están dados de alta en la Seguridad Social como autónomos y que pueden acreditar un mínimo de facturas en los últimos años.

Por supuesto, al ser venta ambulante, las bases impiden la posibilidad de colocar alguna estructura fija desmontable para la comercialización de comida o bebida. Asimismo, todas las personas deben contar con el curso de manipulador de alimentos y ceñirse a la normativa en este sentido.

En las bases también se contempla un código de vestimenta. Todos los vendedores ambulantes de las playas deben vestir de blanco. Para los vendedores de patatas, se exige depositar las bolsas en una cesta de mimbre. Para los de refrescos, neveras blancas con carros adecuados que no sean de fabricación casera.

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