Hallan la mayor colección de placas funerarias de Gades y una capilla que podría rendir culto a la diosa Isis en Bahía Blanca
El conjunto de necrópolis y el edificio podría formar parte de lo que se conocía como colegio funerario
Desde el epitafio de un importante sacerdote, el de una mujer romana de 100 años o el de un padre resentido
Aparece restos de un edificio y un columbario romano en el chalé de la Porteña

La excavación en el antiguo chalé de la Porteña, en la calle Juan Ramón Jiménez, ha ofrecido resultados muy importantes en la interpretación del uso del espacio funerario en Gades. Los trabajos arqueológicos han dejado al descubierto más de 500 fragmentos epigráficos pertenecientes a unas 268 placas de mármol, de los que se han podido identificar hasta 95 nombres de las personas enterradas en los monumentos funerarios, algunos de gran relevancia de la sociedad aristocrática gaditana, en la que hasta ahora sería la mayor colección epigráfica de época romana descubierta en la ciudad. Un sorprendente hallazgo que ha sido localizado junto a los restos de un edificio cuya principal hipótesis apunta a la funcionalidad de capilla, donde se daba culto a una deidad femenina que parece tratarse de la diosa Isis o Venus. Esta estructura fue construida a su vez sobre una zona de culto y rituales anterior, como atestigua la aparición de una fosa con decenas de terracotas de carácter femenino que representan a mujeres con niños y que los arqueólogos también asocian a una deidad que presumiblemente podría ser la misma. Un conjunto de lápidas, enterramientos, columbarios, fosas y restos de una capilla en un edificio que podría responder a lo que se denomina "colegio funerario" en época romana.
Este es el resumen de la apasionante intervención que desde 2022 se ha desarrollado en el entonces solar donde inicialmente se localizó un columbario y los restos de este edificio cuya funcionalidad estamos más cerca de confirmar, y cuya secuencia desgrana Jacobo Vázquez Paz, que ha sido coordinador de la excavación junto a Adrián Santos Allely, director de la misma. "La excavación es una intervención con una secuencia estratigráfica muy significativa por lo que avanza en el conocimiento de la necrópolis romana de Gades y su funcionamiento más allá del rito funerario". Así, en una de las secuencias de dunas eólicas han aparecido varias fosas de época republicana (siglo II-I a.C), en una de las cuáles hay evidencia "cultual y ritual, al contener decenas de terracotas de carácter femenino, en su mayoría de mujeres con niños, que han aparecido junto a restos de vajilla y cerámica, así como restos de fauna", que es común en los banquetes rituales y cremaciones. Jacobo Vázquez recuerda que a pocos metros fueron localizadas las grandes terracotas gaditanas de época púnica.
La siguiente fase que comprende del I al III d.C. se transforma en zona cementerial consolidada, pues "empieza a funcionar como ambiente de necrópolis, en la que también se localiza un edificio (que ya apareció en 2022), que es la continuación de otro localizado a finales de los años 90 en el cual se ha documentado una pequeña estancia que probablemente funcionó como capilla de culto", explica. Un lugar, el de la posible capilla, ubicado justo encima de la fosa de las terracotas, "por lo que hablamos de un espacio que en época alto imperial se sacraliza, y que se ha interpretado igualmente como una zona de culto a una deidad femenina, que se puede relacionar con la diosa Isis" en este amplio período de la historia de Gades, añade Vázquez. Fundamentan este vínculo con esta divinidad femenina en "las cuatro placas votivas o placas epigráficas con huellas de pies, como las localizadas en el templo de Isis en Baelo Claudia o la dedicada a la diosa Némesis en el anfiteatro de Itálica".

También se ha identificado en este edificio un ara anepígrafa o pequeño altar de piedra ostionera revestido de mortero de cal, una pileta decorada con una placa de mármol hexagonal, un pozo de fuego u hogar, y una estancia con una decoración de tipo nilótico con unas garzas entre juncos (pinturas actualmente depositadas en el Museo de Cádiz) "que son elementos que refuerzan la hipótesis de que este edificio o parte de él estaba dedicado a usos religiosos o cultuales como es una capilla, asociados a su vez a una divinidad femenina", añade Adrián Santos, director de la excavación.

Se formaliza por tanto en esta época un ambiente de necrópolis con estructuras de edificios, mausoleos tipo columbarios, uno de los cuáles fue trasladado al parque de Kotinoussa, tumbas individuales, cremaciones, inhumaciones, y la enorme colección epigráfica "que ya está depositada en el Museo Provincial de Cádiz tras un exhaustivo estudio", y que aporta un valor añadido a la hora de desvelar nuevos datos sobre la sociedad gaditana, al hilo de los personajes a los que hacen referencia.

Una de las singularidades de este hallazgo es la localización de los más de 500 fragmentos epigráficos amontonados al lado de la capilla del edificio, por lo que no se encuentran junto a los enterramientos de estos personajes de la sociedad romana de época alto imperial, algunos de gran relevancia. "Tenemos restos humanos y tumbas, pero los epígrafes no están ubicados en las tumbas, pues el solar fue expoliado, se llevaron los monumentos funerarios, pero las placas fueron arrancadas, algunas se rompieron, otras colocadas unas sobre otras al lado del edificio, lo que denota cierto respeto a la divinidad ya olvidada, por lo que se pudieron llevar las piedras, pero no los nombres".
Añade que el edificio fue abandonado en el siglo IV, cuando el cristianismo tomó fuerza, procediéndose al desmonte y expolio de las estructuras, cuya fecha se constata con el hallazgo "de un conjunto de monedas del siglo IV, bajo un betilo o piedra sagrada" en el pozo de fuego localizado en la capilla.
Los restos de edificaciones de época romana no han sido puestos en valor por no encontrarse en buen estado de conservación, según estipuló la Delegacion de Cultura de la Junta de Andalucía.
Un posible colegio funerario

El hallazgo de este conjunto de enterramientos en el ámbito de la necrópolis de Gades junto a un edificio con carácter de culto a una divinidad "aporta una visión nueva en cuanto al uso del espacio". Una conjunción que bien podría responder a "un santuario, pero nos encaja más como hipótesis que sea un colegio funerario con una capilla". Estos colegios eran asociaciones religiosas y sociales que se encargaban de la organización y el financiamiento de los funerales de sus miembros, similar a las mutuas actuales de decesos, y proporcionaban a sus asociados un servicio de entierro o cremación, así como la construcción y mantenimiento de tumbas individuales o columbarios según su rango, estatus y economía.
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