La inesperada dimisión de Eva Tubío como concejala del Ayuntamiento de Cádiz a falta de dos meses para la celebración de elecciones abre un horizonte bastante incierto para este final de mandato de la actual Corporación Municipal con el alcalde, José María González 'Kichi', al frente.

Aunque Tubío justifica su marcha en el deseo de volver a su puesto como funcionaria municipal antes de las elecciones "para que las responsabilidades políticas y las que tengo en mi condición de servidora pública no se interfieran en ningún momento", lo cierto es que la renuncia obliga a varias cuestiones para las que apenas queda tiempo.

En primer lugar, la marcha de un concejal obliga a seguir el mecanismo legal para incorporar a ese edil número 27; tanto en la persona elegida como en el proceso a seguir. Así, según la candidatura presentada por Adelante Cádiz en 2019, el sustituto de Eva Tubío debe ser el actual portavoz de Podemos en la capital, Vicente Camacho González, que concurría con el número 17 en una lista de la que fueron elegido 13 pero que después ha tenido dos dimisiones (las de Teresa Almagro y David Navarro) y una renuncia (la de la número 15, Isabel Fernández, que posibilitó así la incorporación de Rocío Sáez).

Esta incorporación, de entrada, chocaría con el enfrentamiento que Podemos mantiene con el sector de Adelante Cádiz más próximo a Kichi, a raíz de la ruptura del alcalde y Teresa Rodríguez con el partido que entonces lideraba Pablo Iglesias. Una disparidad de criterios y visiones que se ha plasmado en más de una declaración de Camacho en contra de la gestión del alcalde.

La renuncia de Eva Tubío se conocerá -salvo problemas administrativos- en el Pleno municipal previsto para el último día de marzo. Pero según establece la ley no podrá ser hasta la siguiente convocatoria cuando tome posesión el sustituto de la concejala. Y esto significaría que el nuevo concejal recogería su acta justo en el último Pleno del mandato. Una situación cuanto menos anecdótica.

Mientras esta cuestión se resuelve, sí parece de mayor urgencia solventar las lagunas que la marcha de Tubío dejará, especialmente al frente del área de Vivienda, donde no se entendería una 'sede vacante' hasta las elecciones por la importancia de las cuestiones que se gestionan, especialmente desde la empresa pública Procasa. También hay que nombrar nuevos responsables políticos para las áreas de Salud y de Servicios Comunes, que eran los otros quehaceres de la concejala dimitida.

Por tanto, se antoja complicado que el alcalde opte por esperar a la toma de posesión del nuevo concejal para volver a ocupar las carteras de estas concejalías que deja Tubío. Y la otra opción que, a priori, tiene Kichi es repartir estas concejalías entre los miembros de su actual equipo de gobierno, para evitar una posible parálisis absoluta de esas áreas hasta que se celebren las elecciones en mayo y tome posesión en junio la nueva Corporación Municipal.