Fútbol El Cádiz CF, muy atento a una posible permanencia administrativa

Cádiz

El 'debe' de la Junta de Andalucía con la ciudad de Cádiz

Teatro Romano, un lujo a medio descubrir.

Teatro Romano, un lujo a medio descubrir. / Julio González

La Junta de Andalucía, desde su constitución hace cuarenta años, siempre ha relegado, en mayor o menos medida, a Cádiz a la hora de afrontar grandes proyectos y responder a las necesidades de la ciudad.

Frente al apoyo que sí han tenido las restantes capitales de la región, aquí sólo se ha respondido en cuestiones puntuales, algunas a regañadientes; y allí donde se ha intentado liderar proyectos, o bien éstos se diluyeron con rapidez o bien se dejaron a medio terminar.

Los limitados recursos que históricamente ha tenido el Ayuntamiento de Cádiz, sin terrenos que poder vender o patrimonio inmobiliario del que deshacerse para obtener recursos, ha llevado a la ciudad a depender de las inversiones procedentes de otras administraciones, pues tampoco se ha contado con un sector privado capaz de tirar de su desarrollo. Y teniendo en cuenta que el Estado siempre ha sido muy reacio a abrir la cartera, salvo en infraestructuras, debía recaer en la Junta el papel de proveedor de proyectos en la capital.

Carlos Díaz, alcalde socialista entre 1979 y 1995, ya sufrió desde el primer momento lo difícil que era que le abriesen las puertas de la Junta en Sevilla, y más si era para pedir dinero.

Dinero más que necesario pues la dictadura había dejado a Cádiz al borde de la quiebra, con ausencia de todo tipo de equipamientos públicos, que en su mayoría tuvo que levantar el municipio.

La vivienda era, y sigue siendo, el gran problema de Cádiz y en especial el colapso habitacional en el casco antiguo, donde en esta época vivían más de 60.000 personas, y donde existían más de 300 fincas con infravivienda.

Tras desatender las peticiones de Carlos Díaz, la Junta decidió poner en marcha el Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo en 1999... cuando el PSOE local ya había iniciado su largo viaje por el desierto electoral.

No se puede negar la relevancia de esta apuesta, en un programa único en España después repetido en otras ciudades. Llegó como parte de la estrategia del PSOE de recuperar el poder local en la capital, arrebatado por Teófila Martínez.

La idea era solventar el problema de la vivienda en intramuros. Como plazo la administración se daba hasta el año 2012. Los más de 200 millones de euros en dinero público y privado invertidos durante dos décadas no fueron suficientes para solventar este déficit, aunque miles de familias vieron como mejoró su calidad de vida.

Obras en el Plan de Rehabilitación. Obras en el Plan de Rehabilitación.

Obras en el Plan de Rehabilitación. / Julio González

La cuestión es que el Plan nunca se dio por terminado. La excusa de la crisis de 2008, y las que vinieron luego, fue utilizada para dejar incompleta esta ambiciosa operación.

En materia de vivienda también se quedó a medias con la reforma integral del Cerro del Moro, otra operación de calado. Lo malo es que el proyecto tenía diez años de ejecución... cuando ya lleva tres décadas y sin perspectivas de un rápido final.

Si el inconcluso Plan de Vivienda dejó en la ciudad un cierto amargor de boca, peor fue el resultado de la participación de la Junta en los actos del Bicentenario de la Constitución de 1812.

El gobierno regional, aún en manos del PSOE, estaba decidido a funcionar como ayuntamiento paralelo en Cádiz, donde ejercía sin oposición Teófila Martínez nez (alcaldesa entre 1995-2915).

La Junta anunció innumerables obras, millones de inversiones. La recuperación del Oratorio, el Centro del Constitucionalismo, la rehabilitación del castillo de San Sebastián... A medida que se fue desinflando el afán revanchista contra Martínez, el dinero a invertir se fue recortando. De todo lo prometido, solo se salvó el Oratorio de San Felipe Neri. El Ayuntamiento se tuvo que endeudar para evitar que la ciudad hiciese el ridículo con motivo de estos fastos.

Ese plan de gobernar en paralelo a Martínez se sustentó sobre otros dos pilares previos al Doce: la construcción del nuevo Hospital Regional y la ejecución de la Ciudad de la Justicia.

Ambas actuaciones cumplen ya dos décadas desde que fueron anunciadas. La primera, incluso, con varios convenios firmados. Ambos, con mucho dinero gastado en la contratación de los proyectos. Y las dos, nunca ejecutadas.

Estas dos relevante operaciones tal vez eran también una respuesta a las reticencias que la Junta puso, al final del pasado siglo, a la hora de cofinanciar las obras del soterramiento de la vía del tren. Había dinero del Ministerio de Fomento y del Ayuntamiento, pero no de la administración regional. Hasta que Martínez dijo que la ciudad pondría lo que negaba la Junta... que no tuvo más remedio que aguantar este órdago.

Y a pesar de todo estos, la ciudad no dio la espalda al gobierno regional.

Solar de viviendas en Loreto. Solar de viviendas en Loreto.

Solar de viviendas en Loreto. / Miguel Gómez

A la Junta se le cedió terreno, gratis, para la construcción del IES del Náutico (financiado inicialmente por el Ayuntamiento) y para la Casa de las Artes, así como para el nuevo colegio Carola Ribed, por poner algunos ejemplos. Mientras, la ciudad se ha quedado esperando el retorno de la Facultad de Ciencias de la Educación al viejo Valcárcel, tras olvidar la Junta que ellos siempre han financiado los equipamientos universitarios.

Ahí está en estado de abandono el edificio de la Escuela de Náutica, la casa de Valdeíñigo o el Museo Provincial (donde se reparten responsabilidades con el Estado).

Ahí está el Teatro Romano a medio descubrir, a pesar de ser conscientes todos de su relevancia histórica en la historia del Imperio Romano.

Así está el complejo náutico que se iba a construir a lo largo de la avenida de la Bahía.

Ahí está el solar de Loreto donde se iban a levantar viviendas sociales (que han tenido peor suerte que las de Matadero).

Ahí (no) está el Centro de Salud de Puerta Tierra-1, que debía atender a la población del primer tramo de extramuros pero que nunca se construyó.

Ahí (no) está el albergue juvenil, siendo la única capital sin este servicio y a pesar de contar con suelo cedido... por el Ayuntamiento.

Y ahí está la precaria estación de autobuses interurbanos, después de obviar un proyecto de mayor calado, pero a la vez de más presupuesto. Puestos a recortar gastos, mejor que sea en Cádiz, se pensaría en el correspondiente despacho en Sevilla.

No todo es malo, por supuesto. El trabajo en la recuperación del mercado inmobiliario en el casco antiguo, aunque sin terminar, fue excepcional. Y aunque a algunos le produzca grima, han sido fondos de esta administración los que han financiado buena parte del carril bici de la ciudad.

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