Las bodas ya no son por todo lo alto
Empresas relacionadas con las celebraciones matrimoniales confirman que aunque "la gente se sigue casando", los contrayentes han reducido presupuestos y optan por viajes, trajes o convites más económicos
"La gente se sigue casando, pero mirando más por el dinero". La frase resume el sentir de los sectores comerciales implicados en las bodas. La crisis no quita las ganas de matrimonio, aunque sí impide las alegrías de antaño. Se ha pasado de no escatimar a buscar lo más económico. Viajes, vestidos, catering... contrayentes y empresas se adaptan a la situación económica actual.
"Los viajes de novios han bajado sustancialmente. Preguntan mucho y ajustan los presupuestos", comenta José Manuel Guerrero, de Viajes Rico. "Antes iban mucho al Caribe sin reparar en el gasto, con jacuzzi en la habitación y viajes combinados con Nueva York. Ahora hacen viajes más baratos a Europa o cruceros de oferta", explica. Se nota en los escaparates de las agencias de viajes, antes poblados de carteles que anunciaban que allí habían puesto los enamorados sus listas de bodas.
La compra del traje de la novia se realiza hoy en día con cautela. Carmen Flores, de la tienda Manuel Infante, en la calle Compañía, destaca que "se ha notado la crisis porque antes las novias no escatimaban en gastos y ahora miran mucho los precios". En tiempos de recortes, las novias "están eligiendo trajes más baratos aunque haya otros vestidos que le hayan gustado más". Margarita, encargada de Rosa Clará, en la calle San Francisco, asegura que la crisis "se notó un poco más el año pasado", aunque reconoce que las novias "miran mucho el precio y dan 30 vueltas antes de decidirse". Además de las contrayentes que comparan precios existen las que van directas al grano: "Vienen muchas que me dicen que tienen un presupuesto del que no pueden pasarse y nosotros nos adaptamos a ese dinero. Aquí pueden encontrarlos desde 1.000 euros", indica Margarita. Desde otra afamada tienda de trajes de novias se asegura que el precio medio en ventas de vestidos ha bajado. "Hemos pasado de vender trajes con una media de tres o cuatro mil euros a una media de dos mil o dos mil quinientos", apuntan. En tiempos pretéritos y no muy lejanos, las novias incluso ampliaban la hipoteca del piso para comprar el vestido. Ahora, según la responsable de la tienda, "aprovechan el velo de la hermana o el can-can de la prima".
El convite suele llenar de dudas a los futuros cónyuges. Con la crisis se has acentuado las habituales riñas por los compromisos de una y otro. En El Faro, según el gerente del servicio de catering, Luis Núñez, no han notado un descenso de bodas "aunque sí del número de comensales. De unos 200 de media hemos pasado a 160. Calculo que un 30 por ciento menos". Añade Núñez que antes "los padres de los novios afrontaban más gastos que ahora y hoy los novios hacen sus bodas y ya los padres no tienen tanto qué decir en cuanto a la lista de invitados. Hay menos compromisos". Especifica Núñez que un convite "con la costumbre de hoy día de no poner lista de boda y dar regalo en metálico, no sale tan caro. Los invitados suelen pagar lo que cuesta el cubierto". En su caso, por unos 85 euros incluida barra libre de tres horas cualquier persona puede celebrar en el Baluarte de los Mártires, gestionado por El Faro, una boda.
registro decreciente
Según datos ofrecidos por el Registro Civil de Cádiz, el descenso en el número de bodas entre 2009 y 2010 no fue tan acentuado como pudiera esperarse en plena crisis económica. De hecho, el año pasado se registraron 599 enlaces, entre civiles y religiosos, 49 menos que en 2009. En lo que llevamos de año, casi la mitad del mismo, se contabilizan 154 matrimonios, cifra que indica que muchas bodas tendrán que celebrarse de aquí a diciembre para alcanzar siquiera registros parecidos a estos dos últimos ejercicios.
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