Zona cero

Los Callejones de Cardoso, en el barrio de la Viña, se han convertido en el epicentro de la crisis, con 23 locales comerciales cerrados desde Virgen de las Penas a la Cruz Verde

La relación numerada de cada uno de los locales comerciales que se encuentran actualmente cerrados en la popular calle viñera ofrece la imagen más real de los efectos de la crisis en el mayor barrio de la ciudad, junto al de Santa María, también afectado por el mismo problema. Los números responden a un recorrido ordenado desde la Virgen de las Penas hasta la plaza de la Cruz Verde. Algunos de estos establecimientos han caído por la crisis económicos que hay en los últimos años, pero otros locales permanecen vacíos desde hace mucho tiempo sin actividad alguna. El tercer factor es que hay negocios que tratan de arriesgarse pero tienen que cerrar al poco tiempo debido a que la tienda no prospera. Todo eso ha dejado a parte de La Viña con una imagen desoladora en algunos tramos.
Emilio López / Cádiz

07 de noviembre 2010 - 01:00

Los Callejones de Cardoso, una de las calles más populares del barrio de la Viña, que se inicia en la prolongación de José Cubiles en la confluencia con Virgen de Las Penas y que termina en la plaza de la Cruz Verde, se ha convertido la Zona cero de la crisis en el barrio de la Viña, sobre todo en su segundo tramo, a partir de la calle Sagasta hasta la plaza.

En el primer tramo se mantiene abierta Confecciones Manolito, que cumple ya el medio siglo y que sigue regentando la misma familia. También siguen abiertos al público una tienda de muebles, un supermercado de la cadena alimenticia Supercerka, la galería Muiños y el Horno de Riancho, si bien antes de llegar a la esquina con la calle La Paz hay ya dos locales cerrados, concretamente en los bajos de las fincas número 39 y 42.

Otros establecimientos igualmente abiertos son la tienda Casablanca, la joyería Gorbe, frente a Portería de Capuchinos, y la farmacia de María Jesús Casado Mañes, en esa misma esquina, a los que se unen más adelante frutería Pepi, la floristería de Jesús Garrido, un comercio de chucherías y otro de la cadena Covirán.

La Zona cero tiene su epicentro en el tramo comprendido entre la calle Sagasta y la plaza de la Cruz Verde, donde los primeros establecimientos que se aprecia que no abren desde hace tiempo son la charcutería La Viña y una tienda de tejidos. Tampoco lo hace ya una tienda de animales, Zoolandia, ni lo que fue un vídeo club, entre otros locales comerciales.

La situación empeora a la altura de la calle Pasquín, ya que en la misma esquina con los Callejones aparece otro local cerrado, así como los que fue un puesto de golosinas y una pescadería, comercios entre los que se mantienen un consultorio de ATS y el quiosco de periódicos y revistas Jacinto.

Cerca ya de la plaza de la Cruz Verde se encuentran cerrados un bar, un bazar, un local, una joyería, fotos Ré, y el establecimiento Music &Clothes Shop hasta llegar al que fue el bar El Gavilán en la citada plaza, en su día un referente de los aficionados al Carnaval y que no ha vuelto a abrir sus puertas en los últimos años.

Los vecinos aluden a que ha sido la crisis económica la culpable de que esos pequeños comerciantes hayan tenido que cerrar sus locales, porque la falta de clientes ha provocado que sus propietarios no puedan mantenerlos abiertos al público.

La difícil situación económica de muchos vecinos del barrio de la Viña, el más grande del casco antiguo junto al de Santa María, que tampoco atraviesa sus mejores momentos, la delata el hecho de que Caritas de la parroquia de La Palma está atendiendo actualmente a 90 familias, según declara la responsable del equipo y también de Cádiz interior, María del Carmen Gámez, que igualmente cifra en unas 70 las que acuden a la de San Lorenzo acuciadas por la falta de ingresos .

Caritas está precisamente a la espera de que el próximo jueves les llegue un nuevo envío de productos procedentes del Banco de Alimentos, que reparte cada 15 días a familias con niños pequeños, especialmente leche de continuación y papilla de cereales, y una vez al mes a las restantes, siempre que se disponga de existencias.

María del Carmen Gámez afirma que la difícil situación económica del barrio de la Viña se observa en las colectas de las misas del sábado y del domingo en la parroquia de La Palma, que no llegan ambas a los 100 euros.

Por otro lado señala que también existe lo que denomina "pobreza vergonzante", que protagonizan familias que se han quedado sin empleo, que tienen hipotecada la vivienda o en algunos casos hasta la han perdido y que se han visto obligado a que la esposa y el marido hayan tenido que volver a vivir con sus padres respectivos y repartir entre ambos a los hijos.

Igualmente cita a las parejas que han vuelto a Cádiz después de emigrar a Castellón, Murcia o Tenerife durante los años de bonanza económica, y donde se han quedado sin trabajo, que tampoco encuentran ahora en Cádiz.

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