Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

El arte de hacer reír durante dos horas seguidas

Morera, Mení y el saco sin fin de las pamplinas gaditanas

Carlos Mení y Manolo Morera, en una pose simpática.

Carlos Mení y Manolo Morera, en una pose simpática. / Lourdes de Vicente

El saco de las pamplinas gaditanas no tiene fin, es infinito. Por eso, y sin que haya una explicación empírica, uno es capaz de poner boca abajo el Gran Teatro Falla de Cádiz venerando a Martínez Ares con un sentido "Don Antonio" que suena a reverencia desmedida, pero también despertar las carcajadas en un rincón apartado de Andalucía cuando explica el ruido que hace un pájaro carpintero antes de entrar a trabajar en el Ikea. Y esas pamplinas gaditanas permiten también que el ya mítico "Buenos días, tú" con el que se responde de manera despectiva a un saludo inocente origine tantas risas como por ejemplo una reflexión en un escenario de Madrid o de Barcelona sobre los nombres que se le pone ahora a los recién nacidos y que puede originar que un día se instaure la festividad de Santa Yesenia, que en El Vaticano pueda haber un Papa que se llame Yeray I, o que un niño avise a su profesora de que hoy a la salida del colegio irá a recogerle su abuelo Kevin.

Estas ocurrencias o pamplinas son sólo algunas de las muchas que de manera continua van brotando de las mentes inquietas de Manolo Morera y de Carlos Mení, dos humoristas de Cádiz nacidos ambos en 1979 y que han encontrado la horma de sus zapatos subiéndose a un escenario y haciendo reír al público.

Porque lo de hacer reír suena bien y puede parecer hasta fácil, pero hacerlo durante dos horas y durante muchos días seguidos ya es otra cosa. Y de eso saben mucho estos dos gaditanos que llevan años acumulando éxitos en muchos rincones de la provincia de Cádiz, en el resto de Andalucía o incluso en Barcelona o en Madrid. Porque actuar y triunfar en la capital de España en la sala Galileo Galilei o en los teatros La Latina o Gran Vía no está al alcance de cualquiera.

Pero, ¿dónde está la clave de su éxito? ¿De qué se nutren Morera y Mení para arrancar una carcajada tras otra? "Lo más importante es que disfrutamos haciendo lo que hacemos. Yo, por ejemplo, soy informático y me apasionan los botones. Pero cuando me subí a un escenario por primera vez me apasionó, y aún hoy me sigue pasando", reflexiona un Manolo Morera que destaca también que tanto Mení como él son muy perfeccionistas y muy inquietos, que siempre intentan mejorar y enriquecer sus espectáculos para que sean más dinámicos, y que tienen la virtud de saber contactar rápidamente con las personas que tienen sentadas delante. "Lograr romper la cuarta pared con el espectador, ahí está la clave. Con nuestro espectáculo buscamos que la gente sienta que está viva y que estén a gusto. Por eso jamás se nos ocurriría sacar al escenario o preguntarle algo a alguien que sabemos que no quiere. Esa es una tendencia que parece que se ha implantado ahora en muchos humoristas y, aunque la respetamos, nosotros no la compartimos porque no estaríamos a gusto tensionando a alguien que ha pagado por vernos".

La alianza entre Morera y Mení tiene una fecha clave: octubre de 2019. Entonces, hace ahora cuatro años, se estrenaba 'Me reí león (El musimal)', la primera de las obras protagonizadas por ambos. Antes de ello, ya se sabe, hubo unos inicios dubitativos en el mundo del Carnaval hasta que explotaron en la modalidad de cuartetos cosechando muchos y recordados primeros premios. Y la experiencia y la popularidad que le dieron las tablas del Falla les llevaron inicialmente a compaginar sus cuartetos con algunos espectáculos compartidos con otros compañeros ('El belén según Semire' o 'El mundo hecho en Cádiz') hasta que llegó la andadura de ellos dos.

Manolo y Carlos acumulan en estos cuatro años unas 80 representaciones entre 'Me reí león' y 'El mundo es un cachondeo', "y eso que se nos cruzó la pandemia", que afectó de lleno a la primera de estas obras "cuando iba como un cohete", recuerdan.

El humor que se hace ahora nada tiene que ver con el de hace 20 ó 30 años. Hay temas que entonces eran muy recurrentes y que hoy son intocables pero Morera y Mení entienden que estos cambios se deben no tanto a lo que ha evolucionado la sociedad sino a la concienciación de cada uno. De ahí que, por ejemplo, en sus espectáculos se aborde muy poco la política y nada el mundo del sexo "porque es un recurso muy fácil que ni nos aporta nada ni nos motiva", opinan. "El nuestro es un humor blanco, dirigido a todos los públicos", explica Mení. Y Morera apostilla: "Nosotros tenemos claro que hay cosas con las que no se puede hacer humor, porque al final todo el mundo tiene su corazoncito".

El día a día, las cosas cotidianas y las experiencias personales son los ingredientes de los que se nutren tanto sus espectáculos en teatros como los monólogos que protagoniza Morera en solitario o los vídeos que ambos suelen colgar en las redes con bastante asiduidad y en las que reflexionan "sobre nuestras pamplinas", como ellos mismos resumen.

Los dos humoristas se conocieron gracias al Carnaval y a la modalidad de cuartetos Los dos humoristas se conocieron gracias al Carnaval y a la modalidad de cuartetos

Los dos humoristas se conocieron gracias al Carnaval y a la modalidad de cuartetos / Lourdes de Vicente

Y como ya se sabe que a una pamplina siempre le sigue otra, Morera y Mení están enfrascados ya en otro espectáculo, el que sería el tercero que coprotagonizan. Esta nueva obra aún no tiene nombre –para ser exactos tiene medio centenar de posibles títulos, como apostilla Morera– pero sí una fecha aproximada para su estreno, porque confían en que pueda ver la luz antes de que acabe este año.

El proceso de elaboración de este nuevo espectáculo es, al igual que ocurrió con los dos anteriores, muy particular. "Quedamos los dos en una terraza, porque somos muy de terrazas, y ahí que nos ponemos a preparar el guion", resume Morera antes de añadir: "Vamos de pamplina en pamplina, dándole forma a lo que se nos va ocurriendo. Por ejemplo, el otro día lloramos de la risa pero no porque seamos los mejores sino porque Carlos y yo compartimos el mismo tipo de humor".

Reconocen ambos que invierten más tiempo en preparar el repertorio –en lo que están enfrascados ahora mismo– antes que en ensayar, que será el siguiente episodio. Y esto último se debe a que ya se conocen muy bien tras tantos años actuando juntos pero también a que les encanta improvisar. "Lo llevamos todo ensayado pero cuando estamos en el escenario nos gusta reírnos entre nosotros, pasarlo bien, sorprendernos entre nosotros mismos. Así todo es más natural", opina Carlos Mení.

Pero tampoco es que estén todo el día a carcajadas "como tampoco un charcutero está todo el día cortando chopped y como tampoco Sergio Ramos está todo el día haciendo chilenas por la Gran Vía", explica de manera gráfica Morera. Y Mení confiesa ser una persona muy tímida y hasta muy callada a la que le dan vergüenza los elogios. "Pero cuando subo a un escenario me transformo", aclara con rotundidad.

No se puede conversar con Morera y Mení sin que salga como telón de fondo el mundo del Carnaval. Y ellos, que se consideran unos carnavaleros de pro, sólo tienen palabras de agradecimiento para la fiesta por antonomasia de Cádiz y para el público gaditano "al que le debemos todo". Incluso no descartan volver algún días a participar en el COAC, aunque ahora mismo no lo ven viable. Al respecto, Morera considera que el Carnaval fue para ellos "un escaparate único" pero que por respeto al público si vuelven tiene que ser con algo trabajado al cien por cien, una cosa que ahora no pueden garantizar por falta de tiempo. "El Carnaval es nuestro hobby e incluso Carlos Mení sacó una callejera el pasado febrero. Pero nosotros no estamos haciendo ahora Carnaval fuera del Falla. No. Nosotros estamos haciendo humor, que es nuestra profesión. Y por falta de tiempo y de capacidad no podemos hacer las dos cosas a la vez".

Morera y Mení, Manolo y Carlos, están donde soñaban estar cuando comenzaron esta aventura juntos hace ahora cuatro años. Dicen que han elegido una profesión que está bien pagada y de la que se puede vivir pero que también es muy compleja y sacrificada. Eso sí, para nada consideran que han alcanzado su techo porque quieren seguir creciendo "y porque uno jamás se puede quedar estancado".

La nueva obra que tienen ya en el horno puede ser una buena piedra para confirmar que siguen en la senda del éxito. De momento, seguirán disfrutando porque, como dice Morera, "nos sentimos afortunados porque notamos el cariño de la gente y porque estamos haciendo lo que nos apasiona, que es subirnos a un escenario y hacer reír a la gente. Y es que el día que tengo programada una actuación es para mí como si fuera un día de Reyes".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios