María Galiana, la abuela de 'Cuéntame': "Herminia es de conducta moral intachable, pero de pensamiento abierto"

Sexta jornada del South Festival Series

La veterana actriz presenta en Cádiz la última temporada de la histórica serie de TVE, cuyo avance muestra el entierro de su 'alter ego' en su Sagrillas natal

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María Galiana durante su intervención en el Palacio de Congresos de Cádiz. / Julio González

Doña Herminia, como personaje televisivo, es eterna. Gracias a que la actriz que le da vida, María Galiana Medina (Sevilla, 1935), es longeva. Con tantos años en pantalla, Herminia y María se confunden hasta el punto de que uno mira a la actriz y ve a la abuela de ‘Cuéntame’, que este miércoles presentaba, junto al director Óscar Aibar en un acto conducido por Concha Ortiz, la última temporada, la despedida de una serie histórica e irrepetible en la Televisión Española, en el South International Series Festival que se celebra en Cádiz. Pero esta vez fue más María que Herminia para encandilar en el auditorio del Palacio de Congresos a un público entregado, fiel, al que se le notaba a leguas que ha seguido las andanzas de la familia Alcántara desde que ‘Cuéntame’ se estrenara el 13 de septiembre de 2001, solo dos días después del 11-S, fecha del atentado de las Torres Gemelas. Ya ha llovido desde entonces.

Y más agua ha caído (cada vez menos) desde el 4 de abril de 1968, cuando transcurre el primer capitulo de la serie, el día que asesinaron a Martin Luher King y dos días antes de que Massiel ganara Eurovisión, hasta la pandemia del Covid, tratada también por esta historia que habrá recorrido más de 50 años de la historia de España.

María Galiana salió al escenario después de que en la pantalla se proyectase el avance de la última temporada de la serie, cuyo comienzo se anunció en modo primicia para el miércoles 18 de octubre, fuera de su hábitat natural de los jueves, según la veterana actriz porque la prioridad de la cadena estatal es MasterChef. “Que sale Jesulín de Ubrique”, apuntaba más tarde con guasa. Decíamos que Galiana salía vivita y coleando después de que el público, en el avance, visionara el entierro de Doña Herminia, en septiembre de 2021. En Sagrillas, su ficticio pueblo natal, localizado en Albacete aunque en realidad es Arahuetes y está en Segovia. “He visto que han proyectado la única escena en la que no salgo”, dijo nada más sentarse. Risas y el público en el bolsillo.

El avance mostraba tras el sepelio que entre los Alcántara hay tiranteces. Óscar Aibar se encargó de adelantar que en esta última temporada “habrá un desencuentro familiar, motivado porque Mercedes tiene la mala idea de repartir su herencia en vida. Ese es el nexo de la temporada”. Serán siete capítulos, uno para cada miembro de la familia: Antonio, Mercedes, Toni, Inés, Carlos (regresa de Nueva York con Karina), María y Herminia. “Pensar en cómo poner fin a una serie de 24 temporadas era una responsabilidad increíble. Teníamos muchas ideas, unas más locas y otras conservadoras. Pero decidimos premiar al espectador y darle un capítulo a cada uno de la familia, que no hubiera tramas ajenas”, indicó Aibar.

La temporada del adiós se rodó en verano. “En un pueblo de Toledo con 47 grados que indicaba el salpicadero del coche que me llevó al sitio”, contó Galiana. Aibar explicaba que ese tórrido día se grabó la despedida de Herminia, “que fue impresionante para todo el equipo, con María aprendiéndose nueve folios y todo el equipo llorando cuando hizo su última escena”. “Entre nosotros, me salió bordada”, añadió Galiana. Corroboró su gran actuación Tote Trenas, director de fotografía de la serie, presente el auditorio, que elogió a Galiana: “María es no solo una gran actriz, sino también nuestra gran asesora. Es el alma de la serie, por edad y por sabiduría”. “María nunca falla, siempre lo hace a la primera”, apostilló Aibar.

El personaje de Herminia “tiene gran capacidad de comprensión. Siendo de pueblo acepta que sus nietos puedan vivir con sus parejas sin casarse”, expuso Galiana. Y lo clavó al definir a la sufrida abuela -hubo muchos aplausos- como una persona “de conducta moral intachable, pero de pensamiento abierto. Y quiere la paz”. Aibar certificó que Herminia “es la pacificadora de muchos conflictos de la serie”. La abuela como vertebradora de los Alcántara, una familia “que el público ha identificado como suya”, dijo el director antes de señalar que mucha gente llama a María Galiana con el nombre de Herminia, “y hay quien piensa que tiene la casa tan limpia como se ve en la serie, porque la limpia ella misma”. Y en el salón, la escena pictórica de unos galgos persiguiendo a unos ciervos. El cuadro fue también motivo de bromas.

Hubo tiempo para hablar de los tardíos inicios de la actriz, cuya vocación verdadera fue la docencia, jubilándose en el año 2000 a los 65 años, después de 40 años impartiendo Historia en Bachillerato, muy poco después de irrumpir con su papel en ‘Solas’, de Benito Zambrano, lo que le valió un Goya a la mejor actriz de reparto. Pero antes, alternó las clases con pequeños papeles en un buen número de películas.

¿Y el secreto de su vitalidad y de su capacidad para aprenderse tan bien los papeles?, le preguntaron desde el público. “Me acuesto muy temprano y soy abstemia. Y no he perdido la curiosidad, me gusta todo. Mañana -por hoy- voy a La Cartuja a ver el España-Escocia”, expresó. No será la primera vez que vea al seleccionado escocés. Ya lo hizo en 1982, en el Benito Villamarín “que estaba al lado de mi casa”, contra la Brasil de Zico y Sócrates con motivo del Mundial de España. “Todo lo intento conocer en profundidad, como el Carnaval, y no frivoleando. Y amo trabajar”, sentenció. Hasta el punto de saberse ya casi entero un papel de una obra de teatro que se estrenará en unos meses. “Luego llego y me da vergüenza, en la lectura del guión, decir que ya me lo sé todo”, reconocía.

¿Y los achaques propios de sus 88 años? “Vivo con dolor físico, pero que le vayan dando a las lumbares. No me escucho. Si me pongo a pensar en los males, no vivo. Me levanto muy temprano y leo todos los periódicos, hasta el Diario de Cádiz”. Arsa.

Su idilio con Cádiz y el Carnaval, el coro 'Entre pitos y flautas' y la petición para que sea pregonera

“Si algo tengo bueno, es la memoria”. ¡Y tanto! Para recordar su idilio con Cádiz, una ciudad a la que quiere “extraordinariamente”. Que conoció viniendo a sus playas desde Sevilla y acudiendo cuando era estudiante “a los Cursos de Verano en Medicina”. Asidua espectadora del Concurso de Agrupaciones en el Falla, el Carnaval siempre estuvo presente en su vida. “Todavía me sé popurrís de los 80, ¡y de antes incluso!”. Citó al coro viñero ‘Entre pitos y flautas’, de un año, de un febrero, de 1981, en el que se produjo el Golpe de Estado y ella se vio envuelta, en los Callejones, en un gran cachondeo con la gente gritando ¡Que viene Tejero!, y todo el mundo revoleao por el suelo. Se acordó del pregón de Carlos Cano y Antonio Burgos en 1988 y se arrancó cantando lo que sus compañeras gaditanas en la Universidad entonaban en los años 50: el “Ja, ja ja, qué gracia tiene este cuplé”, estribillo del coro ‘Robin y sus arqueros’ (1952). Su declaración de amor por Cádiz fue tal que entre el público, una mujer, en el turno de preguntas, rehusó interrogarla y prefirió proponerla como pregonera del Carnaval gaditano. Y así, entre palmas al compás del público, se marcharon doña Herminia y María Galiana.

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