Control de palomas

Cae el plan municipal para desterrar al Levante miles de palomas excedentes

  • La empresa adjudicataria del servicio no ha podido documentar a dónde iba a llevarlas y soltarlas

  • El Ayuntamiento busca ya otras alternativas para controlar la superpoblación de estas aves

Buenas noticias para los amantes de las palomas y malas, al menos de momento, para los afectados por las molestias que está causando la superpoblación de estas aves en Cádiz, sobre todo en algunos puntos del casco histórico. Los más de 5.000 ejemplares excedentes de los más de 9.500 que viven actualmente en el casco urbano no serán capturados, ni trasladados a ningún lugar del Levante español ni tampoco serán soltados en ningún “espacio no urbano”.

La empresa adjudicataria del servicio de control de estos animales, Athisa, no ha podido documentar ante el Ayuntamiento de Cádiz ni el receptor ni el lugar donde, supuestamente, iban a ser liberadas las palomas en algún punto del Levante español, según ha podido saber Diario de Cádiz y le ha confirmado el concejal de Medio Ambiente, Álvaro de la Fuente. De hecho, la firma no ha podido hacer valer ningún convenio con ningún receptor de los animales porque no lo tiene vigente.

El plan municipal de trasladarlas a otro lugar tuvo eco hasta en 'The New York Times'

El Ayuntamiento busca ahora alternativas a este plan municipal que fue vendido a bombo y platillo por el equipo de Gobierno y tuvo difusión mediática internacional hasta el punto de que lo publicaron la BBC, la CNN y hasta The New York Times, a veces ligado al argumento de que amenazaban, espantaban, o al menos molestaban, a los turistas.

Hasta este momento la explicación extra oficial del equipo de Gobierno de por qué no terminaban de arrancar las fases de captura, traslado y liberación de aves contemplada en este servicio ya adjudicado siempre fue que faltaban unos permisos de la Delegación Territorial correspondiente de la Junta de Andalucía para el correcto transporte de las aves garantizando su bienestar.

El equipo de Gobierno siempre argumentó que faltaban unos permisos de la Junta

No sabemos si se habrán tramitado por fin o no, en medio de la recomposición de la Administración andaluza. Pero lo cierto es que nunca se supo cuál sería exactamente el presunto retiro dorado de las palomas gaditanas, como demuestra que la empresa no llegó a documentarlo.

En algún momento trascendió de manera extra oficial el nombre de Riba-roja de Túria, un municipio de la Comunidad Valenciana. El propio De la Fuente llegó a apuntárselo a este periódico sin demasiada certeza. Algunos medios se hicieron eco y hasta respondieron desde el Ayuntamiento ribarrojero negando que fuesen a recibir el cargamento de palomas gaditanas desterradas.

En cualquier caso, el plan de liberarlas “en un espacio no urbano” parecía y parece del todo inviable desde el punto de vista ecológico. ¿Imaginan una población de 5.000 palomas urbanas colonizando cualquier territorio rústico más o menos cercano a algún parque o paraje natural?

Lo único que ha hecho Athisa es elaborar un censo que arrojaba una cifra de 8.500 ejemplares

Con lo que sí ha cumplido Athisa ha sido con la elaboración de un censo de Columba livia en la ciudad, que arrojaba una cifra de 8.500 ejemplares en noviembre del año pasado y que hoy puede que ascienda a más de 9.500, si se tiene en cuenta que se reproducen a razón de medio centenar a la semana.

La empresa adjudicataria del servicio sólo llegó a cebar a las palomas en determinados puntos, pero nunca capturó a ninguna. Así las cosas, tendrá que abrirse ahora el procedimiento estipulado para que se le rescinda el contrato.

Mientras tanto, la superpoblación de estas aves sigue generando problemas entre los hosteleros con terrazas en la Plaza de la Catedral y en la de Las Flores. La confianza que han cogido allí es tal que se cuelan hasta el comedor del freidor, donde han tenido que colocar un cartel pidiendo que, por favor, no les den de comer.

Hay una densidad media de 700 palomas por kilómetro cuadrado y no hubo control en dos años

Porque en Cádiz nadie, salvo quienes disfrutan dándoles de comer a diario, niega que haya demasiadas palomas. Los expertos consideran que una ciudad supera el número tolerable de palomas cuando alberga a una media de 300 a 400 ejemplares por kilómetro cuadrado. Aquí tendríamos una densidad de más de 700 –en Barcelona son 832–, con una presencia masiva en algunos puntos del casco histórico.

Se trata de un promedio alto derivado, principalmente, de que no ha habido ningún tipo de control en los dos últimos años porque no se renovó el contrato con Athisa ni se sacó otro pliego hasta noviembre del año pasado.

Ahora el reto está en que el equipo de Gobierno encuentre pronto una alternativa viable y eficaz que garantice el control de la superpoblación de palomas de una manera ética y sostenible, en la línea de lo que vienen defendiendo y proponiendo ecologistas y animalistas. El único problema parece ser el coste, que sólo en el primer año ascendería al doble de lo ya presupuestado.

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