La Tribuna Cofrade

La obra póstuma de Fray Ricardo de Córdoba

  • Medinaceli conserva dos bocetos distintos del fraile cordobés fallecido el pasado mes de mayo para el paso de palio que tiene pendiente de bordar

  • Siguen los cambios de martillos

Las cofradías de prácticamente toda Andalucía perdieron el pasado mes de mayo a uno de los grandes ideólogos de lo que hoy procesiona por las calles en forma de bordados. El fraile capuchino Ricardo de Córdoba falleció dejando tras de sí un larguísimo legado a modo de dibujos y bocetos que luego los talleres convertían en realidad puntada a puntada. Que se lo digan si no a Pepi López y a las incontables horas que echó durante seis años a ese prodigio de manto para la Virgen del Rosario del Perdón.

En Cádiz no sólo dejó el palio de la cofradía de la Madrugada –de actualidad estos días por el cambio de martillo– sino que cuenta con algunas otras obras, como el palio de Amparo, el de Gracia y Esperanza o una toca de Dolores de Servitas. Pero el principal valor que puede atesorar la ciudad del legado de este capuchino son los bocetos que hace ya una década hiciera para la hermandad de Medinaceli, entonces decidida a hacer un nuevo palio para la Virgen de la Trinidad.

Esos dos bocetos se presentaron en vísperas de la Semana Santa de 2009, previa a la crisis interna que vivió la corporación. Y el anterior hermano mayor, Ismael Pampará, anunció en 2015 la ejecución de este proyecto como principal trabajo de su segundo mandato al frente de la hermandad.

Benito Fernández preside desde julio la hermandad, que tiene ante sí la oportunidad de dar vida a la obra póstuma de Fray Ricardo para la Virgen de la Trinidad.

Difuntos

Altar del triduo de Animas de la cofradía del Carmen Altar del triduo de Animas de la cofradía del Carmen

Altar del triduo de Animas de la cofradía del Carmen / Pablo Aguirre

Es el culto que marcará este mes de noviembre (con permiso de la Virgen de la Palma y de esas misiones que inicia hoy la hermandad), recordando la memoria de los hermanos difuntos prácticamente todas las cofradías. El mes, además, ha arrancado fuerte con el vía crucis de Buena Muerte ayer por el interior de San Agustín –un poco cutre pedir a los hermanos que envíen un correo para poder portar a la imagen y anunciar que sólo podrán portarlo los 25 primeros, como si fuera una oferta de un centro comercial–, con el llamativo besapié al Cristo de la Piedad en Santiago –con el Crucificado en posición vertical– y con el besapié y la función recuperada al yacente del Santo Entierro –que incluso cuidó el apartado musical con la presencia de Virelay–. Noviembre cubre de negro a las hermandades, y también a las Dolorosas; dicen que junto a las vestimentas de hebrea es el tiempo más ‘delicado’ y donde más patinazos se cometen en las vestimentas.

Martillos

Ramón Velázquez ante el respiradero de la Virgen de las Penas. Ramón Velázquez ante el respiradero de la Virgen de las Penas.

Ramón Velázquez ante el respiradero de la Virgen de las Penas. / Julio González

Muy comentado desde la noche del miércoles el ‘fichaje’ de Ramón Velázquez como capataz del palio del Perdón, que ha sido toda una sorpresa entre otras razones porque apenas le quedará tiempo a Velázquez para recoger a su cofradía de Afligidos y salir disparado a Santa Cruz, y porque el veterano del martillo cuenta ya 72 agostos en sus carnes, lo cual no le impide seguir asumiendo retos y seguir dirigiendo pasos en la Semana Santa ((con el resultado con el que lo hace, además). Bien por él. Por cierto, es curioso que en octubre sigan produciéndose noticias sobre cambios en los martillos para Semana Santa. Y hay rumores sobre al menos dos pasos que podrían anunciar también cambios...

EL DETALLE. El reciclaje del bordado

Nueva saya de la Virgen de la Soledad de Vera-Cruz Nueva saya de la Virgen de la Soledad de Vera-Cruz

Nueva saya de la Virgen de la Soledad de Vera-Cruz

En las cofradías se ha impuesto el reciclaje del bordado. Piezas que fueron concebidas para una función son separadas de los tejidos originales, agrupadas mediante nuevas distribuciones y dibujos y dando como resultado una nueva pieza bordada que incrementa notablemente el patrimonio de las cofradías. Este proceso lo acaba de hacer Vera–Cruz, que con los bordados de una casulla de finales del siglo XIX acaba de bendecir la saya blanca que siempre quiso la hermandad para la Virgen de la Soledad. El dueto siempre interesante de Ramón Fernández y Jesús Savona es quien firma esta obra de reciclaje financiada por la gente joven de Vera–Cruz.

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