La Tribuna Cofrade

El Huerto somos (o podemos ser) todos

Las imágenes de la cofradía de Oración en el huerto en la Semana Santa de Cádiz 2022

Las imágenes de la cofradía de Oración en el huerto en la Semana Santa de Cádiz 2022 / Lourdes de Vicente (Cádiz)

Ha pasado otras veces, pero no tiene precedentes. Ha habido cofradías (Las Penas en 2014, Afligidos en 2005) que no han procesionado un año por estar intervenidas por la autoridad eclesiástica (en esa norma de dudoso acierto que impide a una hermandad desarrollar sus cultos por el mero hecho de nombrar un comisario que la gestione y que sí está facultado para, por ejemplo, tomar decisiones en nombre de la cofradía en un pleno del Consejo); pero nunca de una forma tan arbitraria y caprichosa como la que ha rodeado a la hermandad del Huerto. Lo ocurrido en San Severiano, y lo que previsiblemente está por ocurrir, debe suponer un serio aviso a navegantes para absolutamente todas las cofradías.

Dicen los que intentan defender lo indefendible que no hay hermanos interesados en asumir la gestión de la hermandad, olvidando que en un año se han tumbado -literalmente- dos juntas completas. Entre otros motivos de peso (entiéndase la ironía) porque una quería cesar al capataz en contra del criterio parroquial, y porque la siguiente se negaba a echarlo cuando los responsables del templo ya no lo querían allí.

Y hablan los que intentan arreglar el asunto que la solución está en cambiar a la cofradía de iglesia; incluso hay quien ya hace gestiones en esta dirección, otorgando de este modo ya no el poder enorme que tienen los directores espirituales hoy sobre las hermandades, sino una autopista sin peajes ni arcenes. Si esta opción se materializa, pueden ser varios los cambios de sede que cada año protagonicen cofradías; cada vez que al cura de turno se le antoje, básicamente.

Más allá de estas situaciones que no dejan de sorprender, lo cierto es que las cofradías quedan seriamente tocadas cuando la confirmación de que el Huerto no procesionará este año por las calles de la ciudad ha venido acompañada por un estruendoso silencio del colectivo cofradiero de Cádiz, que ya parece no asombrarse de estas cosas. Y el Huerto en particular se tambalea si en estos meses de intervención no ha habido empuje, presión, quejas y movimientos en torno a la hermandad, a su sede de San Severiano y al comisario que la gestiona en la actualidad. ¿Tan fácil es dejar una cofradía sin salir? ¿Tan poca oposición encuentra a esa rotunda decisión la Iglesia y los propios cofrades de la ciudad?

Hay quien dice que al término de la Semana Santa aparecerá la solución al problema del Huerto, hay quienes hacen cuentas de qué tiempo le queda al obispo en la diócesis o al párroco en el destino para vaticinar el fin de la intervención de la cofradía, los hay también quiénes elucubran con un cambio de sede a tal o cual iglesia, una suerte de reinvención de una hermandad que ya camina hacia el primer siglo de vida. Pero más allá de lo que acontezca en los próximos meses, la ausencia del Huerto este Jueves Santo por imperativo sacerdotal, por dejadez cofradiera y por pasotismo generalizado es una realidad muy preocupante porque presenta a las cofradías como un colectivo extremadamente frágil.

Proyectos

De interés los que se anuncian en varias cofradías. El Caído ya trabaja en el regreso a su capilla, para lo que empieza a diseñar altares, aseos y otras cuestiones; Expiración plantea la construcción de un retablo para igualar el culto a sus titulares con la altura alcanzada en la remozada Castrense; en Ecce-Homo parecen decididos a recuperar el proyecto de dorado del paso de misterio; en el Amor van a elegir taller (entre las opciones está el granadino Hernández Hurtado, que tras bordar el terno de coronación de la Virgen de las Penas trabaja ya también en el nuevo guión de La Cena) para iniciar el bordado del palio…

La Merced

Hablando de proyectos de interés, no lo es menos -ni mucho menos- el que la Merced tiene que desarrollar en dos meses para sacar en procesión al Nazareno de la Obediencia ya como cofradía de penitencia, con los hermanos vistiendo unos hábitos que ya han comenzado a confeccionarse en la propia corporación que dirige Gabriel Parodi (haciendo malabarismos entre formas distintas de concebir la hermandad, su presente y su futuro, que tiene en su seno). La cofradía está a la espera ya de pronunciamiento de la delegación episcopal y esa última palabra del obispo, clave para confirmar si se verán o no capirotes por las calles el próximo Sábado de Pasión, o si habrá que esperar a 2024.

Catedral

Hablando ya de procesiones y de Semana Santa, el Cabildo Catedral y el Consejo de Hermandades estarían redactando un nuevo protocolo que regularía las estaciones de penitencia y, sobre todo, la organización catedralicia si la lluvia o cualquier otra incidencia sorprende a una o varias cofradías que busquen refugios en el templo diocesano. El escándalo del pasado Lunes Santo, donde nunca se sabrá a ciencia cierta qué ocurrió, quién tomó las decisiones y quién enrevesó la realidad para buscar una nueva polémica, ha sido clave para actualizar este protocolo, que por cierto en ningún caso se siguió el pasado año cuando hizo falta. Al parecer, por el momento se establece que todas las cofradías que salgan podrán buscar refugio (no dos, o tres, como se pretendió en 2022) y que las bandas que las acompañen tendrán también cobijo en la iglesia (y no tener que sufrir el chaparrón en la escalinata, como se ha visto en más de una ocasión).

EL DETALLE. PreCuaresma

Altar de los cultos de Ecce-Homo, que culminan hoy en San Pablo. Altar de los cultos de Ecce-Homo, que culminan hoy en San Pablo.

Altar de los cultos de Ecce-Homo, que culminan hoy en San Pablo. / Jesús Savona

Cierto es que a la Cuaresma de Cádiz le roban los primeros cinco días, desde el Miércoles de Ceniza hasta que los talibanes quemaban el plumero en San Pedro para poner punto y final al Domingo de Piñata. Pero no es menos cierto que previo a esos días la ciudad cofradiera ya hace tiempo que aprendió a convivir con el Carnaval y su concurso anterior, y lo que antes era una excepción aislada empieza hoy a ser absoluta normalidad, regalando a Cádiz una suerte de PreCuaresma que ya se vive con absoluta intensidad.

Esta misma semana han comenzado a levantarse en el interior de las iglesias los primeros montes de velas que reflejan que las cofradías celebran sus cultos principales. Hoy mismo celebra su función la hermandad de Ecce-Homo, cuya clásica proclama de letras rojas es la primera evidencia de lo que está por llegar, aunque en este 2023 se le haya adelantado por unas horas la hermandad de Las Aguas, que culminaba ayer su triduo en Santa Cruz.

Estos primeros cultos han coincidido este fin de semana con ¡las primeras túnicas! y controles, que por más que en el Caído esté más que asentado en su calendario no deja de sorprender -y alegrar- por lo que supone ver cómo los cortejos procesionales van tomando forma en pleno mes de enero. Controles ha empezado ya a entregar también la hermanad de Humildad, que el viernes regalaba un acto cofradiero presentando, a falta de un mes, el control del vía crucis que ha pintado la malagueña Paula Arquero.

Muchos siguen lamentando esos cinco días que de algún modo la Cuaresma gaditana tarda en hacerse patente en la ciudad. Pero cierto es también que ese viejo mantra de que toda actividad cofradiera quedaba paralizada hasta que terminara el Carnaval ha quedado felizmente superado, y las cofradías celebran cultos, convocan cabildos y entregan túnicas en estas semanas previas al Miércoles de Ceniza que cada vez tienen más intensidad cofradiera.

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