El conflicto de la limpieza que ha frenado en seco la adjudicación del nuevo contrato tras un año con los trámites de licitación sobre la mesa se mantiene en una situación de tensa calma. La incertidumbre no ha desaparecido entre los trabajadores, como ayer reconocían fuentes sindicales. Tampoco la posibilidad de que se convoque una huelga de la basura para la próxima Semana Santa y a poco más de un mes de las próximas elecciones municipales, lo que podría tener devastadoras consecuencias políticas.

Pero estas dos últimas semanas no han caído en saco roto. Durante estos días se han sucedido los contactos y las reuniones a distintos niveles para intentar amarrar un nuevo convenio colectivo y desbloquear la situación en laque se encuentra la nueva plica, cuyos trámites ahora mismo están forzosamente paralizados a la espera de que haya un entendimiento que permita zanjar la adjudicación del nuevo contrato.

De todas estos encuentros, el más relevante se llevó a cabo en la tarde del pasado martes, cuando el comité de empresa se reunió con los responsables Cespa, la empresa propuesta por la mesa de contratación para adjudicar el servicio (8.5 milones de euros al año).

Fue un encuentro largo, de varias horas de duración, en el que ambas partes pudieron hablar largo y tendido y en el que los representantes de la plantilla tuvieron la oportunidad de trasladar su situación a la empresa que previsiblemente se hará cargo del servicio en unos meses. Hablaron de sus temores ante las restricciones a la negociación del convenio que, a su juicio, impone el nuevo pliego de condiciones elaborado desde el Ayuntamiento, que aseguran que condiciona de antemano el diálogo. Y también de las demandas laborales que llevan tiempo reivindicando.

La asamblea decidirá si se mantienen las movilizaciones y la huelga en Semana Santa

Por su parte, Cespa –explicaron a este periódico fuentes sindicales– se esforzó en trasladar un mensaje de tranquilidad a la plantilla e insistió en el compromiso que mostró ya días atrás a los responsables de UGT y CCOO, José Manuel Roche Peláez y Domingo Acedo Galvín: habrá negociación y se respetarán los términos del convenio. Incluso reiteró un mensaje clave: que no habrá congelación salarial durante los años de vigencia del contrato. La empresa, dicen, mostró "la misma tónica" que en el primer encuentro, del que salió incluso un compromiso por escrito.

Nada hay decidido todavía. La situación sigue en modo de espera. Y se mantendrá así al menos hasta la próxima semana. Tampoco hay declaraciones políticas por el momento, a la espera de ver qué rumbo sigue el conflicto. Para la jornada del próximo martes se ha convocado una asamblea de trabajadores en la que el comité de empresa trasladará a la plantilla todo lo que se ha hablado con Cespa y el compromiso de la adjudicatoria a negociar un nuevo convenio una vez que se haga cargo del servicio. De hecho, ha dado ya un mes de plazo máximo a contar desde su llegada para convocar la mesa de negociación con los representantes sindicales.

En esa asamblea se expondrá esa oferta negociadora de Cespa y se decidirá si se levanta el pie del freno para que los trámites del nuevo contrato sigan su curso o si, por el contrato, se mantienen las movilizaciones anunciadas a mediados de febrero y, por tanto, si la Semana Santa que viene tendrá que lidiar con una huelga de los servicios de limpieza y recogida de basura. En todo caso, advierten, la plantilla está "muy intranquila" y la nueva plica –subrayan– "está claro que no es la mejor".