El plató de Más vale tarde se ha convertido en el escenario de un momento surrealista cuando una inesperada intrusa hizo su entrada triunfal: una polilla. Pero no fue solo su aparición lo que causó revuelo, sino la reacción desmedida de la presentadora, Cristina Pardo, quien confesó su temor a los insectos voladores.

Ante la sorpresa generalizada, Cristina ha emitido un sonoro grito y ha buscado refugio tras su compañero Iñaki López, mientras la polilla revoloteaba libremente por el estudio. La tensión ha sido palpable y, rápidamente, Iñaki ha solicitado un corte de publicidad para calmar los ánimos y lidiar con la inesperada situación.

Iñaki López y Cristina Pardo

Mientras el equipo técnico preparaba el corte, Iñaki intentaba mantener la calma entre risas, asegurando que la polilla solo quería jugar y bromeando con la posibilidad de ser denunciados por causarle daño. "¡Solo quiere jugar, no le hagáis daño que con el tamaño que tiene puede denunciarnos!", exclamó entre carcajadas.

Mientras tanto, Cristina, aún visiblemente nerviosa, alentaba al equipo a irse a publicidad lo más pronto posible. Su gesto de pánico, aunque hilarante, revelaba una faceta desconocida de la presentadora, añadiendo un toque de humor a la escena.

Este momento surrealista no solo ha mostrado la naturalidad y espontaneidad de los presentadores y el equipo de Más vale tarde, sino que también ha dejado al descubierto los entresijos del programa. Detrás de las cámaras, lejos de la formalidad del directo, han aflorado las reacciones genuinas y las risas compartidas.

La polilla, ajena a todo el alboroto que había causado, finalmente ha abandonado el estudio, dejando tras de sí una estela de diversión. Aunque el incidente fue breve, quedará grabado en la memoria de los espectadores que han presenciado este inesperado episodio.

En definitiva, este momento surrealista en el plató de Más vale tarde demuestra que, incluso en medio de la tensión y el estrés del directo, siempre hay espacio para el humor y la camaradería. Y, quién sabe, quizás la próxima vez que una polilla decida visitar el estudio, Cristina Pardo esté un poco más preparada para recibir a su invitada alada.