
NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un partido tocado, un presidente tóxico
De un tiempo a esta parte –será que la primavera de mis días va camino de deshojarse– soy más consciente de que exigimos a la juventud comportamientos que los adultos, todavía, estamos lejos de aplicar. Además de ser directamente responsables de la forja de su carácter –hemos criado a esta generación–, les pedimos paciencia –nosotros, inventores del zapping, incapaces de comernos una croqueta sin achicharrarnos–; una vida sana –¿hola, generación del bar y el botellón como forma de ocio?– y, he aquí nuestra supremacía moral, les señalamos los peligros de la exposición en redes sociales cuando nosotros todavía ni diferenciamos entre lo íntimo y lo social o, como nuestros políticos, ni entre lo público y lo privado. Que no, que un chisme rosa, por muy viral que fuera, no es asunto público del que informar ; que sí, que un conflicto laboral, aunque sea en una empresa privada, si implica a un servidor público, bien merece una explicación.
También te puede interesar
NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un partido tocado, un presidente tóxico
El microscopio
Ubrique marca tendencia
Postdata
Tiempo de mediocres
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Responsabilidad política máxima
Lo último