El alambique

Juan / Clavero

La estafa de las banderas azules

JUNTA y Ayuntamientos se ufanan por las banderas azules que consiguen nuestras playas pero lo que ocultan es quién y por qué se otorgan esos supuestos galardones a la calidad medioambiental de las playas. Todo este tinglado de las banderas azules se ha convertido en una auténtica estafa con la que nuestros munícipes intentan encubrir el mal estado medioambiental de las playas.

En su origen esta campaña tenía cierto rigor pero después se convirtió en un puro negocio de un espabilado que montó una fundación privada, la Fundación para la Educación Ambiental, que otorga estos premios sin sistema de evaluación alguno, lo que llevó a la UE a retirar su apoyo, cosa que normalmente se oculta. ¿Alguien se ha preguntado qué sistema de inspección tiene esta fundación? Pues ninguno, jamás ha inspeccionado las playas que premia. Sólo así se explica que se dote de banderas azules a playas que sólo son un montón de arena artificial que hay que rellenar cada año . Premiar a la playa de Fuentebravía con una bandera azul es una tomadura de pelo, es la antítesis de lo que debe ser una gestión sostenible del litoral. En las dos últimas décadas la Demarcación de Costas ha gastado 2.556.242 euros de dinero público en supuestas regeneraciones de esta playa, actuaciones que han terminado siempre igual: tras el espejismo turístico del verano se vuelve a perder la playa. Premiar a Las Murallas, junto a la que se vierten aguas mal depuradas desde la depuradora Las Galeras, o a La Puntilla, convertida en un charco por los espigones que la encajonan, es otra tomadura de pelo.

Lo más increíble es que la mejor playa de El Puerto, la única playa virgen que nos queda, no tiene bandera azul. No tener tráfico privado, estar libre de construcciones y vertidos y estar enclavada en un parque natural, no deben parecerle a esta Fundación razones suficientes para otorgar un premio medioambiental a la playa de Levante.

Eso sí, la concejala de Medio Ambiente, que de esto debe saber más bien poco, bien que disfrutó izando una bandera que en realidad no debe saber quien la otorga ni por qué.

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