
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Las estrellas dormidas
Por algo menos de 300 votos la izquierda perdió el Ayuntamiento de Cádiz y, en parte, la Diputación. Hasta última hora de la noche, y a falta de computar dos mesas, el PP tenía 13 concejales, 7 PSOE y 7 AIG. Tras registrarse el resultado de estas mesas Bruno García obtuvo la mayoría absoluta y el PP ganó la Diputación. Podemos sacó 900 votos, muy lejos del mínimo para poder entrar en el Ayuntamiento, pero suficiente para impedir que la izquierda tuviese mayoría. Ver ahora a los de Podemos de Cádiz dar lecciones de moral es para tirarse al suelo, no se les ha oído ni la más mínima autocrítica sobre su responsabilidad en que la izquierda perdiera el Ayuntamiento, actúan como si la cosa no fuera con ellos, eso por no hablar de alguna candidatura independiente encabezada por el descerebrado de costumbre, guarda silencio. Es posible que los de Adelante Andalucía tuvieran un ataque de soberbia al negociar las listas, tantos compromisos de quienes querían seguir viviendo de la política tras ocho años de asesores o dedicaciones exclusivas les impidió ver la realidad, solo su propio interés. Seguramente Adelante trató a los de Podemos con displicencia , estos en un ataque de rabia dijeron aquello de “chinito se mea en la sopa”, con el resultado conocido. Algo así pasó con Izquierda Unida, relegada al puesto número 7 de la candidatura que ha dado como resultado que después de 40 años por primera vez IU no tiene concejales en la Corporación, cuando en 1995 sacó 15 mil votos, más de los que sacó hace un año AIG. Por si fuera poco hay otro actor en la opereta de la izquierda, eso que llaman Ganar Cádiz. El Club de los Jubilados Estalinistas, dos matrimonios de edad avanzada que en lugar de hacer cursos de pintura, hablan de política. El resumen es un auténtico galimatías escuchar la voz de la izquierda: esta AIG, con seis concejales, Adelante Andalucía con Teresa y Kichi, Ganar Cádiz, IU, el PCE y Podemos. Todos quieren dejar su huella en la vida de la ciudad, explicar sus opiniones aunque no sirvan ni interesen, solo genera confusión. Seis organizaciones diferentes que provocan desgana en la gente. El problema es que ninguno de ellos se da cuenta del ridículo tan espantoso que hacen a diario desmarcándose unos de otros, como si compitieran entre sí a la hora de hablar de terrazas, sanidad, presupuestos o lo que sea menester. La gente ya no sabe ni quién es quien, si David, Martín, Helena, Teresa o el sursum corda. El ejército de Pancho Vila, con perdón de Martín, que ahora estará en el Hotel Las Truchas. Ya que vuelve el Yuyu diríamos ‘Los que se fueron de Leningrado porque no era de su agrado’, o lo que cantaron ‘Los Cubatas’, “no se aclara el repartido comunista”.
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