El lanzador de cuchillos

Os lo dije

Para los apóstoles y tontos útiles del oscurantismo medieval el enemigo es Israel

Puede parecer una escena irreal, de política ficción, salida de las páginas de una novela de Houellebecq, pero los hechos han sucedido en Italia, concretamente en el atrio del Palazzo Nuovo, sede de la Universidad de Turín, donde el viernes pasado el imán Brahim Baya pronunció un sermón en italiano y en árabe incitando a la guerra santa contra Israel. La noticia ha tenido mucho eco en la prensa transalpina, pero en el relato de la estupefaciente jornada hay un particular que casi nadie ha tenido en cuenta y que no es, en absoluto, secundario. En el vídeo que los universitarios okupas han colgado en Youtube se puede ver a Baya dirigiéndose a un grupo de estudiantes, todos ellos hombres. Y varios metros a su izquierda, tras una cortina –más bien parece una red– están las chicas. Apartadas, en una esquina. Chicas que estudian en la universidad de uno de los países fundadores de lo que hoy es la Unión Europea. Que asaltan el templo –hasta ahora, laico– del saber en un acto de supuesta rebeldía, pero aceptan sumisamente el papel accesorio del mobiliario. Las feministas propalestinas –bonito oxímoron–, aquellas que combaten el patriarcado en el malvado Occidente, no han dicho esta boca es mía ni este cura no es mi padre: ellas están luchando contra el techo de cristal, no contra una red transparente que segrega a las mujeres en el corazón de Europa. Lo inquietante es que lo ocurrido en la universidad piamontesa no es nuevo. En abril, en el barrio romano de Centocelle –uno de los más comprometidos en la lucha contra los nazis durante la ocupación alemana–, los fieles musulmanes –todos hombres, por supuesto– se reunieron en la calle para celebrar el final del Ramadán, mientras que las mujeres eran recluidas en un recinto cercado por telas oscuras para no distraer a sus mohamedes durante la oración con posibles pensamientos impuros. Una estampa del Irán de Jamenei en la Europa de la Agenda 2030. Pero para los apóstoles y tontos útiles del oscurantismo medieval el enemigo es Israel que, con todos sus defectos, es el único país democrático de Oriente Medio. Que estén en peligro nuestra libertad, nuestra cultura y nuestra civilización al progrerío le importa un carajo. Desde el río hasta el mar. Y después, a la conquista de la decadente Europa. Va a ser un paseo militar. Si Oriana Fallaci levantara la cabeza nos dedicaría un sonoro “os lo dije, teste di cazzo” y volvería a meterse bajo tierra.

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