La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El año Pasolini

Su rabia, su talento, su exceso, su sensibilidad, su lucidez, su valor, su aspereza nunca deberían olvidarse

Se cumplen este año los centenarios de varios destacados o importantes (no es lo mismo) directores de cine: Resnais, Penn, Rosi o Edwards. Pero 2022, por encima de todo, es y debe ser el año Pasolini. Ningún otro director fue, además de un cineasta genial, poeta, dramaturgo, ensayista, lingüista, articulista y figura pública de gran influencia además de notable pintor. Su maestro en la Universidad de Bolonia, el gran historiador del arte Roberto Longhi, le introdujo en el profundo conocimiento de sus pintores más amados: Giotto (a quien él mismo interpretó en El Decamerón), Piero della Francesca, Mantegna, Masaccio (fuentes de inspiración iconográfica para Accatone, Mamma Roma y El evangelio según Mateo), Caravaggio (a quien dedicó su texto La luz de Caravaggio), Velázquez (los tipos de los suburbios romanos de La fragua de Vulcano, Las meninas como inspiración de ¿Qué son las nubes?), Rosso Fiorentino (de quien reprodujo su Descendimiento en La ricotta) o Brueghel y El Bosco (presentes en Salò o las 120 jornadas de Sodoma). Este hombre que tanto amó el Renacimiento reprodujo el ideal renacentista del artista y humanista total.

Pasolini es el poeta de Las cenizas de Gramsci o La religión de mi tiempo, el novelista de Ragazzi di vita o Una vida violenta, el ensayista de Pasión e ideología, Empirismo herético o Cartas luteranas, el articulista cuyos polémicos y lúcidos artículos están recogidos en Escritos corsarios, el lingüista de Poesía dialectal del Novecento, el dramaturgo de Orgía o Calderón.

A la vez que es el cineasta ateo dotado de un hondo sentido de lo sagrado que rodó la mejor, insuperada, insuperable y más fiel a la letra y al espíritu película sobre Cristo: El evangelio según Mateo, la única ante la que se puede rezar como si fuera una imagen sagrada; el único director capaz de convertir películas en ensayos sobre el marxismo (Pajaritos y pajarracos), la descomposición o redención de una familia burguesa tras recibir la visita de un peculiar ángel (Teorema) o la falsa libertad sexual del consumismo (Salò o las 120 jornadas de Sodoma); el humanísimo y desgarrador creador de Mamma Roma, en la que Ana Magnani da a una prostituta romana la grandeza trágica que María Callas da a su tan personal recreación de Medea.

Nació el 5 de marzo de 1922 en Bolonia. Fue asesinado en Ostia el 2 de noviembre de 1975.

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