Llevamos dos años sin procesiones de cofradias, en la Semana Santa, por culpa del Covid. Quizás, como compensación a los cofrades, la de este año puede ser catalogada, la de Cádiz, como de 'Interés turístico nacional'. Leo con sorpresa que nuestra Semana Santa es la única de todas las capitales de Andalucía que aún no goza de esa catalogación. Pero también leo que en 2017 se inició el expediente para obtener este reconocimiento del Ministerio de Turismo y que existe un libro -que no conozco- que explica la Semana Santa de Cádiz, su Historia, su imaginería, peculiaridad de la carga de los pasos, personajes ilustres o el patrimonio de ellas. Este libro está pendiente para su publicación de la subvención cultural que se otorga. La moción que se presentó en el Ayuntamiento de Cádiz para obtener la declaración de 'interés turístico nacional' fue aprobada por unanimidad.

Pero parece que el expediente no está aún terminado, porque leo que el equipo de gobierno del Ayuntamiento elevará, en un próximo pleno, una moción para obtener el apoyo de todos los grupos políticos, que según la concejala de Turismo, la señora Montemayor Mures, dice que se trata de un paso necesario para continuar con el expediente y para ello se está trabajando conjuntamente con el Consejo local de Hermandades y Cofradías. En él se expone que la Semana Santa de Cádiz "es la expresión cultural y conmemorativa que se reproduce invariablemente cada año, con gran arraigo popular, motor de flujo turístico y fuente de riqueza para la ciudad" y el último trámite consiste en la elevación por parte del equipo de gobierno de la propuesta para obtener el respaldo de todos los grupos y solicitar a la Secretaría General del Ministerio de Turismo la declaración, después de cinco años de la iniciativa. Pero es sabido que las "cosas de palacio van despacio".

Es verdad que, salvo la subvenciones que se puedan percibir, la declaración de interés turístico poco añade a estas manifestaciones de fe popular, que son las procesiones de la Semana Santa. A cambio, mayor afluencia de visitantes, aglomeraciones y demás inconvenientes de la masificación. P.D. Tiene gracia el comentario de Fernando Santiago, que, ante el anuncio de que en Huelva se va a celebrar una "cata de inciensos", se pregunta si es que los capillitas se han vuelto locos con la pandemia.