Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Pobreza menstrual

Por supuesto ningún usuario de este desdoblamiento del lenguaje lo hace en su círculo íntimo

Cuando yo empleo una palabra significa lo que yo quiero que signifique" como dijo Humpty Dumpty. Así, desde hace 15 años, se introdujo en la lengua española la palabra género como sustituta de sexo, significado traído del inglés donde las palabras no tienen género. Fue entronizada en una ley por iniciativa de Rodríguez Zapatero en contra de la recomendación de la Academia de la Lengua. Desde entonces todos los interlocutores que quieren parecer modernos, en los medios de comunicación o en la política, empezaron a utilizar "violencia de género" en lugar de "violencia machista" con la reacción del mundo de la derecha con lo de "ideología de género". Supongo que si la Academia no ha aceptado ya este significado lo hará en cualquier momento porque si alguien se niega a usar dicha palabra en ese sentido queda como un machista rancio, uno de los peores insultos que te pueden dirigir hoy en día. De ahí pasamos al desdoblamiento a la hora de hablar, en lugar de usar el género no marcado para referirse a un conjunto, la modernidad trajo lo de "vecinos y vecinas", "compañeros y compañeras", "diputados y diputadas", una patada a la gramática de la lengua española y, sobre todo, al principio universal de la economía del lenguaje que usa el ser humano en todos los rincones del planeta. Por supuesto ningún usuario de este desdoblamiento lo hace en su círculo íntimo, donde habla como todo el mundo. Ahora se le ha dado una vuelta de tuerca en el mundo podémico con lo de "los niños, las niñas y les niñes" no se vaya a quedar fuera de la enumeración aquellos que aseguran no sentirse reflejados en el masculino y femenino. Ahí , aparte de la patada al español, hay un atentado a la biología, por más leyes que se aprueben. Si no coinciden la realidad biológica con la política, mal vamos. Con la irrupción de la Ley Trans se empezó a hablar de "persona menstruante" en lugar de mujer, para señalar a aquellas personas que se habían cambiado de sexo mediante procedimientos quirúrgicos . No es de extrañar la reacción de un sector importante del movimiento feminista que ha visto un retroceso en la condición de la mujer en la redacción actual de esa Ley porque puede ser mujer quien quiera serlo. Días pasados el Gobierno de España aprobó la reducción del tipo del IVA a los productos de higiene femenina, lo que me parece una medida tan acertada como limitada, tras la propaganda vienen los hechos: supone tres euros de ahorro al mes en el gasto de esos productos. Con esta decisión del Gobierno ha aparecido un nuevo concepto , la "pobreza menstrual", se supone que mujeres que no pueden pagar tampones, compresas y demás dada su precaria situación. Ahora podrán ahorrarse tres euros.

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