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El Gobierno se canibaliza

La primera dama podría terminar siendo objeto de investigación por parte de la comisión del Senado

Con paso enérgico, una falsa sonrisa, María Jesús Montero camina por uno de los pasillos del Congreso. Es habitual en este gobierno el ocultismo y la vicepresidenta, es una de las más experimentadas en calumniar al enemigo y limpiar con falsos argumentos los delitos que les acorralan. Ahora, del caso Koldo, caso Ábalos, caso Armengol, que sigue extendiéndose a otros ministerios (otra vez Marlaska) retuerce el discurso diciendo rotunda que el PP tiene que dar explicaciones del caso Koldo. Otro argumentario fallido es el que la señora Montero utilizó para exculpar a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez. La primera dama podría terminar siendo objeto de investigación por parte de la comisión del Senado, desde donde el PP ve un conflicto de intereses por la supuesta reunión que Begoña Gómez habría tenido con un empresario implicado en esta trama. A María Jesús Montero no se le ocurrió otro argumentario para excluirla del rifirrafe político que decir que implicar a un familiar es extraordinariamente injusto. Es oportuno hacer comparativas, tanto que le gusta a Pedro Sánchez hablar del hermano de Ayuso, inocente de necesidad. Van cuatro diferencias entre caso Ábalos y Madrid. Una: la trama Ábalos implica a diferentes organismos, ministerios y comunidades autónomas. Madrid contrató las mascarillas a través del portal de contratación y está publicado en el portal de transparencia. Dos: Las compras fueron ordenadas desde el ministerio de Transportes del señor Ábalos, por el contrario, Madrid no ordenó, ni privilegió, ni pagó por adelantado. Tres: Hay decenas de millones en el caso Ábalos, parece que algunos en Brasil y Luxemburgo, mientras que, en Madrid, el hermano de Ayuso es profesional del sector sanitario desde hace 29 años, con numerosos contactos en China. Cuatro: La empresa del caso Ábalos no se dedicaba a la compra de material y no tenía facturación. En el caso de Madrid, las investigaciones determinaron que no hubo enchufe, que la presidenta se enteró cuando Pablo Casado buscó un caso falso de corrupción para chantajearla y que abandonara la intención de presidir el PP de Madrid. Igualar las compras de mascarillas entre estos dos casos supone enmendar a las fiscalías Anticorrupción y Europea, que se archivaron la compra de la Comunidad de Madrid tras varios meses de investigación. La crisis en la que sigue inmerso del gobierno de España desde su investidura es para coger un cubo de palomitas y sentarse frente a la televisión viendo cómo se canibaliza a sí mismo.

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