Su propio afán

Enrique Gª-Máiquez

Encuesta arriba

Mi experiencia es que los votantes son bastante estables, con fidelidad casi de club de fútbol

04 de julio 2023 - 00:30

Lejos de mí hablar de política en estos días. Sólo me gustaría hablar de sociología pero me faltan los estudios de base. Así que me quedaré en el asombro, que es, según los griegos, el inicio de la sabiduría. Me pasman las variaciones en las encuestas que se publican casi a diario. Hay tendencias al alza, a la baja y claramente ondulantes, como una mar picada.

No las niego porque ya digo que no sé de sociología, pero me extrañan unos cambios tan drásticos cuando a mi alrededor no conozco a nadie que cambie de voto de un día para otro y, al día siguiente, más. Y mucho menos a tanta gente como para cambiar en tres días el signo del resultado electoral.

Mi experiencia particular y limitada es que los votantes son bastante estables, con fidelidad de club de fútbol casi, y que en muchos casos tienen un vínculo generacional. ¿No conocen ustedes bastantes personas cuyo sentido del voto es heredado? A mí siempre me han hecho mucha gracia los que son anarquistas por tradición familiar, aunque no puedo ser el primero en tirar la piedra porque a los marxistas también les choca bastante un conservador pobre, por mucho que yo piense que podría explicarlo bien.

No me quiero ir del tema. Será verdad si lo dicen y yo no dudo de la honestidad de la mayoría de las encuestas, salvo las de algunos que fuerzan los resultados con tenazas. Pero a bote pronto me extraña tantísimo cambio de voto en tan poco espacio de tiempo. He conocido algún converso político en un sentido o en el contrario, pero el proceso ha sido lento, dubitativo, con pasos atrás, con hesitaciones, sin volantazos bruscos. Un cambio de voto se lleva como media una legislatura de cuatro años de juicio. En poco tiempo, puedo comprender el salto de un voto a la abstención, si te desinflas, o algún movimiento entre bloques o partidos limítrofes, pero suelen ser casos puntuales, puntillosos, puntiagudos…

En las encuestas se ven cambios vertiginosos y a bulto. Será que los hay, pero también vienen bien para venderlas. No van a publicar cada dos días la misma encuesta durante toda la campaña. Si queremos emoción hay que darle movimiento, vértigo y mucho suspense. Puede que dos días antes de la votación veamos “repuntes” que las acerquen a las valoraciones iniciales, como una montaña rusa que acaba justo donde empezó. Así lo cortés del acierto no quitará lo valiente de las emociones fuertes durante todo el escalofriante recorrido.

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