Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Ciudad de la música

Cádiz se convierte en la ciudad menguante, todo se reduce, todo va a menos. Una ciudad pacata, de vuelo corto

Rafael Román hubiera sido un magnífico alcalde de Cádiz, quizás fue candidato demasiado pronto, aún así ha tenido el mejor resultado del PSOE desde 1991. Tenía inteligencia, conocimientos y grandeza para llevar a cabo grandes proyectos. La idea de Gran Plaza del Mar, defendida por él y dibujada por Fustegueras se hará, conociendo el ritmo de las inversiones en esta ciudad, desde que lo propusiera Rafael ya han pasado 20 años y le quedan, como mínimo, otros 20. Propuso en su día una ciudad wifi cuando nadie hablaba de esta tecnología, defendió que Cádiz fuera la ciudad de la música basado en el carnaval, el flamenco y la música clásica, en este último caso como herencia del mejor compositor español, Manuel de Falla. Era una excelente idea para llevarla a cabo con recursos suficientes. Por ejemplo: tenía que haber venido a Cádiz la gala de los Grammy Latinos que tiene lugar en Sevilla. Y si se quiere realzar el papel de Cádiz en la música , de manera especial en la clásica, tendría que haberse potenciado el Festival de Música Española, que por el contrario ha iniciado el declive desde la idea original. En lugar de poner más dinero y más ideas, el festival va a languidecer como le ha ocurrido a Alcances, como le ocurre al FIT, al Trofeo Carranza y alguna que otra seña de identidad . Cádiz se convierte en la ciudad menguante, todo se reduce, todo va a menos. En lugar de hacer un gran museo del carnaval hemos hecho una pequeña Casa del Carnaval que tuvo incluso que corregir algunos datos del diseño original. El proyecto definitivo no tiene grandeza, se hizo pequeñito para poder hacerse. Si a la falta de grandeza de nuestros gobernantes le unimos el desdén que la Junta de Andalucía nos dispensa, el resultado es una ciudad pacata, de vuelo corto, sin ambición, sin proyecto de futuro. Una ciudad preocupada por unos bolardos, unas ratas en el ficus del Mora, árboles que se caen, señales de tráfico en el suelo, cosas de esa naturaleza. Ese parece ser el ámbito de las preocupaciones ciudadanas. La gente debería concentrarse para protestar, en la plaza de España o en la de San Juan de Dios, por la merma de las inversiones, por cómo la Junta nos maltrata mientras beneficia a Málaga o Sevilla, como el Gobierno de España no acomete la rehabilitación integral de las murallas o la construcción de un nuevo edificio para la Subdelegación, la Diputación no sabe qué hacer con el Rosario, la Universidad es incapaz de poner en marcha una facultad en Valcárcel, la antigua escuela de Náutica o el castillo de San Sebastián siguen en ruinas. Hay que ocuparse del mantenimiento y la limpieza, pero si no tenemos un proyecto ambicioso nos quedará la rutina y el envejecimiento.

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