La Azotea

Pilar Vera

pvera@diariodecadiz.com

Astronomía y refugio

Septiembre, el momento en el que los introvertidos nos reconciliamos con el mundo. Principalmente, porque la gente ya está 1. Fuera 2. Deja de pedirte que salgas 3. Deja de mirarte con el asco que se mira a una pescadilla en blanco. Como decía Meg Ryan en Tienes un email, pocas cosas hay comparables a la fetichería del inicio del curso, con su bosque de lápices afilados. Por asociación básica elemental, la eclosión de material escolar lleva, irremediablemente, a sus primos hermanos: los libros (el mejor refugio). Para la mayoría, es también la verdadera tábula rasa de los comienzos. Por aquí, para catar imaginario de otoño continental, uno tiene que hacer un cambio interdimensional: irse a la sierra. Pero sí que nos llega algo inevitable a la estación: la luz. Una luz de modorra, que invita al resfrío, aunque la temperatura no acompañe. La astronomía, ya se sabe, es implacable en su naturaleza. Bienvenida, gente de otoño.

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