
Balas de plata
Montiel de Arnáiz
El malpensado
Curioso, muy curioso. Mientras 700 kilómetros más arriba del mapa andan a trompazos, Patricia se trae a Serrat. Acaba de llegar, como quien dice, de Oviedo, donde recibió el Premio Princesa de Asturias. Un gran éxito. Como aval, no me dirán que no es magnífico, pero no sólo. Serrat es hoy una figura indiscutida e indiscutible. No España, Serrat. Sí, en efecto, Serrat sí. Patricia está pero no está con San Carlos, lo bueno y lo malo, claro. Recibe a todos y se pone detrás de las pancartas nobles, por eso no le hemos leído ni oído declaración alguna sobre el desbarajuste de Leire, qué bonito el monasterio, por cierto, y qué cara tiene ella, la que investiga para escribir un libro sobre la corrupción de la Guardia Civil y la Fiscalía y Judicatura españolas. Ja. Leire, esa mujer digo. Vamos, no creo que Patricia levante la mano contra San Carlos, el hospital de la ciudad, más bien lo contrario, está en lo institucional, cómo ayudar, qué hacer para que las reformas se hagan cuanto antes y el hospital siga creciendo. Pero tampoco contra Leire. Sigue la corriente Cerdán/Sánchez. Que se enfríe todo, como si nada hubiera pasado. Nuestra alcaldesa y su partido local están mirando por donde pisan, no surja un callo. De Ruiz Boix. Dominio militar casi de los militantes. Ella lo es por mayoría absolutísima. Leire, la bronca de la Ministra de Sanidad con la presidente de la Comunidad de Madrid, Aldama diciéndole mentirosa a la no fontanera del PSOE, el pinganillo y otras cosas, toda esa faramalla para los demás. Por eso decía que lo de Serrat es la jugada perfecta. Traerlo a la Isla, premiarlo, agasajarlo y mostrarle el cariño de la ciudad, junto a todo este fango en el que están enfangados allá arriba, lo de Koldo y Ábalos, que cosa más fea, por Dios, todo eso no tiene que ver con el gobierno de la ciudad ni del partido de la calle Arenal. En Cádiz está Luis García Gil, que lo sabe todo de Serrat, hasta tiene la laudatio hecha. Bien jugado, Serrat casi está por encima del bien y del mal. En dos idiomas sin pinganillo. Hace lo que debe y por el momento le está saliendo bien, una manera de ser y no ser, de una pertenencia entre comillas. Perdió pero está ganando. La batalla interna, digo. Para lo demás, ancha es Castilla, a mí dejadme. Quiere llegar al nuevo mayo electoral con muchos Serrat de la mano y nadie de esa chirigota sin gracia que desafina en la Moncloa y en los Mentideros madrileños.
También te puede interesar
Balas de plata
Montiel de Arnáiz
El malpensado
Náufrago en la isla
Manuel Muñoz Fossati
Diez años
El Alambique
Libertad Paloma
La PAU
Calle Real
Enrique Montiel
Una opinión, solo una opinión
Lo último