Dice le refranero que la cara es el espejo del alma. Y hay que decir que el turismo, mejor dicho las vacaciones, es el espejo de un país. Se batieron récord en Semana Santa y unas semanas después, se ha producido overbooking tanto en la feria sevillana como en el puente del día del trabajo. Con unas ocupaciones hoteleras casi absolutas, España se va de vacaciones.

No importa las desorbitadas subidas de los hoteles, ni que la inflación nos esté ahogando, ni que las subidas de los intereses hagan que nos atragantemos con las hipotecas, ni que la hostelería haya estado al borde del colapso, aunque no les llegue para subir el sueldo a sus empleados. Todo el país ha estado divirtiéndose. Todo esto sucede mientras que la oposición conservadora, con el señor Feijóo a la cabeza, anda pidiendo un adelanto electoral porque nos advierte que España está en quiebra, que es el peor país de Europa, que los españoles no pueden seguir aguantando a este gobierno social comunista y que caminamos a la ruina, es decir, una España Sanchista.

Son dos fotos totalmente distintas de una España, la real y la otra que nos quieren pintar unos políticos que piensan que contra peor les vaya al país, mejor para ellos. Una oposición irracional, derrotista, que utiliza todos los resortes del Estado para socavar al gobierno legítimo y que ellos se niegan a reconocer. Y unas vacaciones dan para mucho. Mientras gran parte de España se relaja, Feijóo aprovecha para reunirse con los fiscales, que son funcionarios del Estado, conservadores para atizar y conspirar contra el Gobierno de España. No es que sea ilegítimo que el líder de la oposición conservadora se reúna con unos fiscales, recalco lo de funcionarios, lo inaudito es lo que se dijo allí. Desde pedir un cambio de gobierno, aplaudir cuando Feijóo dijo que no renovaría el Consejo del Poder Judicial, poner en duda el recuento de los votos en las próximas elecciones y decir que el Gobierno pacta con filo etarras. ¿De verdad? Con el desprestigio que tiene la justicia de este país, con el retraso en los procedimientos, ¿qué confianza en la imparcialidad podemos tener los ciudadanos ante estos comportamientos? La justicia es una de las asignaturas pendientes de la Transición.

Y, como no, Ayuso ha tenido su momento de gloria. La presidenta madrileña, en su enfrentamiento con el presidente del Gobierno, ha negado el sitio en un acto de la comunidad al ministro de la Presidencia. La foto que ha dejado el acto es patética. Un gobierno de la Comunidad Autónoma uniprovincial, que le niega el sitio al Gobierno de España. Si esto se produce en Cataluña o en el País Vasco, ¿qué estarían contando los medios de comunicación conservadores? La España que se rompe comienza por Madrid.

Como digo, son dos fotos que causaría vergüenza en otro país de corte Europeo. Hay un mapa de un país de vacaciones, con ciudadanos relajados, disfrutando, y otro mapa en el que los políticos y no políticos nos dibujan una España negra, abroncada y triste. Elijan ustedes la foto con la que quedarse.

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