La Corredera

Antonio Morillo Crespo

Las hojas de parra

“La vida avanza, se imponen las cosas naturales y nadie se escandaliza”

16 de agosto 2023 - 00:30

Dice el Génesis que cuando Adán y Eva comieron del árbol prohibido y fueron expulsados del paraíso, se dieron cuenta que estaban desnudos y viendo su desnudez, se taparon con hojas de parra. Yo me he acordado este día, ¡las cosas que me vienen a la cabeza! Cuando bajo a la playa y veo lo que veo. Mujeres y hombres han cambiado sus costumbres y hoy día cada uno va como le sale del alma. Y no pasa nada. Todo es natural.

Recordar años atrás cuando los hombres teníamos que llevar traje de baño completo de arriba abajo y las féminas, ídem de ídem. E incluso como una cortinita en sus partes bajas. Lo del top less fue un avance espectacular. Hoy es más corriente que el andar por casa. Y es que la vida avanza y se imponen las cosas naturales y nadie se escandaliza. Nacimos desnudos y con el tiempo nos han ido cubriendo el cuerpo con telas y más telas. Recuerdo el revuelo que causó hace ya mucho tiempo cuando un señor licenciado llegaba a los Caños y se marchaba solo a la zona de las Cortinas para bañarse desnudo. ¡Qué escándalo! Y más prudente y educado el señor no podía ser. Era como si a Robinson Crusoe se le hubiera criticado por bañarse en su isla solitaria como Dios le trajo al mundo. En la prensa, los usuarios de una playa nudista en Barcelona se quejan enérgicamente porque entran en ella gente ¡con bañador puesto!

A nadie, creo yo, se le ocurre criticar como visten las bañistas o los bañistas. Todo lo más, alegan que para eso hay playas nudistas. Hombre, en todo caso lo que tú no quieres es que tus féminas vayan semi en cueros, las otras, ¡bueno está! Aunque por esta apreciación te llamen machista. En general al hombre le recrea ver las prendas íntimas femeninas. Por eso, recuerdo al teniente de mi batería cuando yo hice la mili, que nos exhortaba enérgicamente a que, cuando desfilábamos, tuviéramos la mirada al frente y no baja. Y para ello nos gritaba: “¡Que en el suelo no hay bragas y sujetadores!”.

Y por otra parte, y siguiendo con el cuento, vaya genialidad el que tuvo la idea de poner el nombre de “intimísimo” a los bolsos, porque si ves una mujer llevándolo, es obvio que dentro lleva lo que lleva y no una bufanda.

En fin, que hay que ser comprensivo. La moda es la moda, si no veamos cómo hoy todo quisqui lleva los pantalones roídos. ¿Quién lo iba a decir hace unos años?

Es enternecedor, entrañable y hasta sublime ver un niño mamando del pecho de su madre. Y sin embargo el mismo pecho a orillas del mar y al aire es simplemente otra cosa. Yo aconsejo a las madres que dan de mamar que su marido le compre un jamón de pata negra para tener buena leche.

P.D. Lo que es incomprensible es la música del chiringuito, todo el día y hasta la noche con una música que no es música, sino un pum pum pum pum, y así hasta la madrugada. Yo no puedo entender cómo le gusta a alguien ese tan tan tan parecido al tambor de una tribu africana.

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