Ha nacido el Niño Dios

25 de diciembre 2025 - 07:00

Ante todo, Feliz Navidad. Dichosa la casualidad que me permite, de esta forma, entrar en vuestras casas en un día tan especial como el de hoy. Después de haber pasado una fantástica tarde, esa “tardebuena” que tanto nos gusta a todos, y la tradicional Nochebuena con familiares, amigos y seres queridos, donde quizá nuestra mente esté en otras cosas, no es mala idea pararse hoy a pensar en el verdadero significado de todo esto.

Todos, en parte, hemos sido arrastrados por esa ola del consumismo que inevitablemente existe y de la que todos somos partícipes. También estamos, y aquí me incluyo, “tradicionalizando” personajes y formas de contar la cuenta atrás hasta la llegada de la Nochebuena que quizá habría que explicar mejor a nuestros pequeños, para que las que de verdad son tradición no se pierdan.

Aunque en casa nos hemos resistido bastante, este año, a principios de diciembre, apareció el elfo. Ese elfo que a muchos padres trae de cabeza con sus travesuras, que en casa hemos cambiado por “graciosuras”, ya que creímos que con las travesuras no se enseña nada bueno a los niños. Desde anoche ya ha desaparecido, pues, según su tradición, ha regresado al Polo Norte con Santa Claus.

Santa Claus es uno de los personajes de la Navidad que, por haberlo sentido siempre como un intruso en nuestras tradiciones, no siempre traté bien. Sin embargo, este año, gracias a la Banda de Música Maestro Dueñas y su concierto de Navidad, muchos hemos descubierto el carácter cristiano, bondadoso y servicial que tiene. Sí, cristiano, ya que fue el obispo de Myra, en la actual Turquía. ¡Cómo Coca-Cola transformó este personaje navideño! La ola consumista viene de muy atrás, pues se remonta a los años treinta y cuarenta.

Los calendarios de Adviento son algo muy beneficioso. Introducir esta palabra en nuestros hogares es precioso, aunque a veces se desconozca su significado: el periodo de preparación para la llegada de la Navidad. Quizá habría que complementarlo con la corona de Adviento, con sus cuatro velas que se encienden cada domingo previo a la Navidad.

Costumbrismo, tradición o adaptación: llámalo como quieras. Pero que nunca se te olvide que todo, absolutamente todo, es para celebrar el Nacimiento del Niño Dios.

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