Crónica de San Juan de Dios

Melchor Mateo

mmateo@diariodecadiz.com

Los gritos al otro lado de la puerta de Kichi

Las críticas y las protestas al alcalde han pasado de las redes sociales al mismo Ayuntamiento

El alcalde, durante el Pleno del viernes mientras se desarrollaban las protestas fuera.

El alcalde, durante el Pleno del viernes mientras se desarrollaban las protestas fuera. / Julio González

Un ciudadano gaditano que se ha caracterizado en los últimos años por ir contra todo, en un encuentro con este periodista para hablar de las famosas pantallas LED que se pusieron durante el mandato de Teófila Martínez, dijo que se estaba creando en las catacumbas unos movimientos civiles organizados que querían aires de cambio y que estaban siendo casi indetectables para la opinión pública. Una crisis económica galopante, el hartazgo de un sistema bipartidista donde cada pocos años el poder iba pasando de una mano a otra y, en el caso concreto de Cádiz, el cansancio de ver la misma cara en San Juan de Dios durante dos décadas eran el caldo de cultivo.

Poco tiempo después de aquello a los plenos llegaron las Michinina y compañía que llevaron sus problemas a la corporación en unas intervenciones que se iban haciendo virales. El ambiente de contestación se iba haciendo cada vez más grande empujados también por la efervescencia de una marea llamada 15-M que venía a poner la política patas arriba.

La historia ya se la saben. Los partidos tradicionales vivieron sus peores momentos en la democracia al verse desacreditados por una sociedad que quería cambios a todos los niveles. Ahí surgieron los partidos de nuevo cuño y la llegada a los ayuntamientos de personas tan alejadas del estereotipo del político clásico como el alcalde José María González ‘Kichi’ con una libreta llena de ideales y la ilusión de un antisistema con ganas de cambiar el estatus desde dentro. Sin embargo, una cosa es la vía de lo ideal y otra la de lo real.

Con Kichi llegó la polarización al extremo entre los que lo adoraban hiciera lo que hiciera y los que lo denigraban al extremo de no reconocer absolutamente nada.

Hasta ahora el alcalde ha ido viviendo de una manera más o menos cómoda sin una excesiva contestación social. Esa oposición social se ha desarrollado más en las redes o en los comentarios de los lectores de los medios de comunicación pero no se hacía del todo visible.

No había reivindicación que pasara por el ayuntamiento que el alcalde no cogiera la bandera para ponerse el primero en la manifestación.

Sin embargo, los hechos han ido muchas veces por detrás de los discursos. Lo mismo pedía que había que quemar cosas para que los escucharan en Madrid, como fue el caso de los trabajadores del metal, que hablaba de casi golpe de Estado ciando los policías locales reivindicaban sus derechos en la puerta del Ayuntamiento y la solución dependía de su equipo de Gobierno.

La última semana ha sido especialmente movida para el alcalde en cuanto a protestas, que se han unido a las que se vienen produciendo en los últimos meses como un pequeño goteo.

Los vecinos de Marianista Cubillo se están convirtiendo en un pequeño grano. Quizás es más el ruido que generan que el problema en sí mismo, pero  han decidido tirarse al monte y tratar de boicotear todo acto público al que vaya el alcalde. Uno fue la creación del Observatorio del Agua de Cádiz el pasado lunes y el otro fue la eliminación de la placa franquista en el monumento al general San Martín junto a la iglesia de San José.

Sin embargo, el más llamativo de todos ha sido el protagonizado por los interinos municipales que están en situación de abuso de temporalidad. Estos han ido poco a poco aumentando las protestas. De encontrar al alcalde como un aliado que se puso incluso en una concentración la camiseta amarilla que los representa y donde las tintas se ponía en el Gobierno central, a que los propios trabajadores municipales se plantaran en la misma puerta del salón de plenos y llamaran al alcalde traidor, escenificando que esperaban una solución por parte de su jefe.

El alcalde y gente de su equipo de Gobierno, que han nacido en muchos casos de movimientos de protesta y reivindicativos, ahora son el blanco de las mismas por parte de distintos colectivos.

La imagen de alcalde presidiendo el Salón de Plenos en un debate donde se estaba hablando de la defensa de Doñana mientras que fuera había liada una tremenda con gritos, forcejeos y la Policía Local, esa con la que su equipo de Gobierno ha tenido desencuentros en tantas ocasiones, protegiendo la estancia para que nadie pueda entrar y que los ánimos se caldearan más aún, era muy significativa.

Con un equipo de Gobierno donde se están produciendo salidas de asesores de peso hasta ahora, con la incógnita del alcalde sobre su futuro y un entorno donde la subida de los precios va a más y más, se avecinan tiempos duros.

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