Crónica de San Juan de Dios

Melchor Mateo

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El fino escudo de Eléctrica de Cádiz

La compañía semimunicipal acumula subidas en el último mes en distintos conceptos

Un ciudadano echa cuentas con las facturas de Eléctrica de Cádiz.

Un ciudadano echa cuentas con las facturas de Eléctrica de Cádiz. / Lourdes de Vicente

Eléctrica de Cádiz siempre ha sido la joya de la corona para el Ayuntamiento de Cádiz. Pese a que el municipio ya no tiene el cien por cien de la titularidad de las acciones desde que el gobierno socialista de Carlos Díaz decidiera segregar los antiguos Smaes, tradicionalmente ha dado beneficios que después han redundado en la ciudad. Esto lo sigue haciendo a través de la suministradora pero la comercializadora ha entrado en shock desde que los precios han ido al alza desde mediados del año pasado. De unos ejercicios en positivo raspado durante algunos años, el pasado ejercicio acabó con unas perdidas de más de 7,3 millones de euros, sumados a otros más de 3 del primer trimestre del año 2022 hasta que no han entrado en vigor las tarifas indexadas.

En Eléctrica de Cádiz ha habido, y lo hay todavía,  un problema económico pero también político. Las generación de las pérdidas se llevó por delante a la asesora experta en temas energéticos y consejera de Eléctrica, Alba del Campo, y de manera indirecta también José Vicente Barcia, el que fuera desde los inicios jefe de gabinete del alcalde José María González ‘Kichi’.

La empresa se ha visto obligada a tomar medidas para no verse abocada a un cierre seguro pero,  al final, todas ellas terminan afectando  en los clientes/ciudadanía: de manera indirecta porque una ampliación de capital sale también de la caja municipal y, por lo tanto, del dinero de los impuestos y tasas que pagan los gaditanos. De manera directa con todas las subidas y revisiones de precios que se están produciendo en los últimos meses y que se trasladan a la factura.

El equipo de Gobierno, con el presidente de Eléctrica de Cádiz a la cabeza, José Ramón Páez, siempre ha sacado pecho con aquello de que los clientes de Eléctrica no se enteraron durante un buen número de meses del crecimiento exponencial de los precios de la energía. Ahí tienen una parte de razón.

Pero de alguna manera las medidas que han ido tomando después reflejan que se decidieron tarde porque ha llevado a la empresa a una situación muy delicada desde el punto de vista económico y patrimonial. Por otro, que los discursos ya manidos del escudo ante la gente y otras frases que ya suenan a manidas se han quedado en el terreno de la teoría y distan mucho de la realidad.

Además de la indexación de las tarifas, que significa que van a estar sometidas al precio diario de la energía, la empresa ha procedido a subir uno de los conceptos en aproximadamente un 25% y meter en la factura otro concepto por la financiación del bono estatal que, curiosamente, ningún cliente de Eléctrica se puede acoger. La última pirueta de la empresa ha sido cobrar por otro nuevo concepto y esto va a suponer un incremento significativo en la facturación anual, que se cifra en un 25% aproximadamente.

En uno de los informe internos de Eléctrica de Cádiz que se hizo para justificar la ampliación de capital, se reseñaba que se había bajado el volumen de electricidad consumida y que se estaba produciendo un descenso en el número de clientes y, aunque no lo cuantificaba, no era significativo.

Las nuevas medidas para el ahorro de energía, que afecta sobre todo a los bares y comercios, va a seguir reduciendo ese volumen de electricidad y, por lo tanto, se producirá una menor facturación.

De momento todo se justifica con la situación económica y la coyuntura de la guerra en Ucrania pero lo que empezó siendo una subida puntual, en Eléctrica de Cádiz se le está empezando a coger el gusto a los incrementos de precios para cuadrar las cuentas. 

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