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Crónica de San Juan de Dios

Melchor Mateo

mmateo@diariodecadiz.com

El error de cálculo de la Policía Local de Cádiz

Los incidentes del viernes han armado al equipo de Gobierno en el conflicto laboral con el Cuerpo

Los policías locales, durante sus protestas del viernes.

Los policías locales, durante sus protestas del viernes. / Lourdes de Vicente

La guerra del relato

Es una guerra por dominar el relato, por ganarse a la opinión pública y tener una posición de fuerza a la hora de negociar. Eso es tan antiguo como la vida misma. El Partido Popular, cuando estaba Teófila Martínez al frente del Ayuntamiento, tomó por costumbre que en determinados conflictos laborales que tenía mucha influencia ciudadana, como por ejemplo en el servicio de limpieza y la recogida de basuras, desvelar los sueldos de la plantilla cuando estos iban a la huelga para pedir una mejora en su convenio colectivo. La idea era que la gente se indignara por esos sueldos y que las críticas viraran hacia ellos.

En el asunto de la Policía Local hay un poco de eso. Mientras que unos señalan que el marco laboral en el que se mueve está anticuado, desde la otra parte se pone cifra al arreglo y deslizan que el sistema de trabajo que tienen lo querrían gran parte de la gente.

En esa guerra de guerrillas, cada uno va haciendo emboscadas, como la de no hacer horas extraordinarias para que se viera que no se podían cumplir con todos los servicios. En ese marco hay gente que se va posicionando en un lado o en otro, según filias y fobias que, a veces, no tienen ni siquiera nada que ver con el propio conflicto laboral.

Sin embargo, lo que sucedió el viernes fue un error de cálculo y una mala jugada de cartas por parte de la Policía Local. Primero porque lo que hizo se le fue de las manos desde el mismo momento que un Ayuntamiento tiene que ser desalojado por el humo y dos concejalas atendidas en un centro de salud por problemas respiratorios.

Y segundo porque han conseguido que el equipo de Gobierno esté en el papel de víctima. El camino lo tienen claro y los incidentes protagonizados por la Policía Local el viernes en San Juan de Dios es un agujero en el flanco de los agentes que el equipo de Gobierno va a llevar hasta el final. La guerra del relato la ha ganado por el momento y eso a la hora de negociar los sitúa en una posición de poder.

Los botes de humo, el rifirrafe con el concejal Carlos Paradas y el jefe de gabinete de Kichi, José Vicente Barcia, aumentó aún más la tensión y viene a ahondar en ese fallo de cálculo. Desde ayer vienen circulando palabras gruesas, bombas de humo, atentado contra la autoridad, golpe de Estado y el perdón de los manifestantes por los problemas que pudieron causar deja claro quién salió vencedor del lío.

La presa se ha metido en la boca del lobo del gobierno local y no va a soltarla durante un buen período de tiempo. De hecho, ya han anunciado que van a investigar los hechos por si se ha incurrido en algún tema penal o administrativo.

Lo que el equipo de Gobierno y su círculo tienen que tener cuidado es en no sacar demasiado pecho y no pasarse de frenada en estos momentos en los que domina el relato.Han hablado incluso de intento de golpe de Estado, lo cual es absolutamente exagerado.

Por otra parte, el PP, que ha defendido a capa y espada a los policías locales en sus reivindicaciones, el viernes hizo un comunicado en el que condenaba lo que había ocurrido y, además, mostró su apoyo y preocupación por las dos ediles que habían tenido que ser atendidas en el centro de salud. La cosa quedó bastante clara pero aún así se le trata de meter el dedo en el ojo porque parece que no es suficiente.

Suspensión

Tras varias años con plenos municipales con sobresaltos, especialmente en la última etapa de Teófila Martínez, con colectivos y ciudadanos de todo tipo que trataron de llevar sus reivindicaciones con más o menos ruido, lo que nadie esperaba es que un pleno telemático iba a ser suspendido. Esta fórmula precisamente lo que había conseguido es que incluso la batalla política fuera un poco más suave al tener que haber unos turnos muy disciplinados. Sin embargo, la protesta de la Policía Local en la última sesión telemática ha provocado que quede para la historia que el último de la pandemia tuvo que ser suspendido.

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