Consenso de verdad

De la película de terror o, como mínimo, de suspense que hubo en cada paso que se iba dando para conformar el Ayuntamiento de Cádiz hace cuatro años, se ha pasado a una romántica pastelosa a la que se le podría gritar aquello de “¡Que se besen!”. Si Kichi se llevó un baño de realidad de lo que era la política municipal nada más aterrizar en San Juan de Dios, donde el idealismo con el que entró quedó hecho trizas en un momento, ahora el ambiente que se respira es el de un paseo triunfal.

Claro que el escenario ha cambiado, y mucho, a favor de su partido y, concretamente, hacia su persona. De ir todos los días a la guerra con una minoría tremenda, ahora el voto de los ciudadanos le ha dado la autoridad y la mayoría para ir a los asuntos de una manera más holgada. Le falta un concejal para obtener la mayoría pero él ha entendido el mensaje y también lo ha hecho la oposición con el papel que juega cada uno.

El viernes, en la comparecencia que tuvo con los periodistas tras la reunión con los respectivos portavoces de la oposición, bromeaba a su finalización sobre la diferencia entre lo que sucedió hace cuatro años con el famoso Pleno de Organización que duró apenas tres minutos y lo que iba a ser este, que iba camino de que fuera aprobado por unanimidad.

Lecturas puede haber miles. La mayoría holgada pero no absoluta que hemos citado antes. Que la oposición también ha captado el mensaje que le ha dado la ciudadanía en las urnas. O que los actores de estos partidos no son los mismos que había en el año 2015. Seguro que hay de todo un poco.

Pero quizás uno de los cambios fundamentales ha llegado desde el aprendizaje del propio alcalde y su entorno de que va a obtener muchos más beneficios si ante la posibilidad de una negociación o de un consenso hay también cesiones. En esta ocasión ha habido un armazón ofrecido por el equipo de Gobierno y se le han añadido una serie de demandas por parte de los partidos de la oposición, sobre todo por los socialistas, que también será con la formación con la que podrá llegar a un mayor nivel de acuerdos.

Hace cuatro años, cuando salió una Corporación tan fragmentada, en esta misma sección dijimos que estábamos ante una oportunidad para desarrollar una política con mayúsculas, porque la ciudadanía había demandado eso con sus votos, el fin de una mayoría absoluta y que sus representantes públicos fueran capaces de llegar a acuerdos. Sin embargo, salvo en contadas ocasiones, eso fue casi una quimera. Ahora, a las primeras de cambio, el alcalde ya sabe que el Pleno de Organización del martes va a durar mucho más que tres minutos.

La liberación

Una de las medidas más novedosas que se incluye para este Pleno de Organización es dejar abierta la posibilidad a que los portavoces de la oposición pueden acogerse a la dedicación exclusiva como cualquiera de los concejales del equipo de Gobierno, aunque va a ser una figura a la que sólo va a acudir la socialista Mara Rodríguez.

Si hay una cosa que ya se puede ver desde el minuto uno es que de la falta de sintonía mutua que había entre el alcalde y el anterior portavoz del PSOE, Fran González, se ha pasado a la alfombra roja con la nueva líder de los socialistas.

El que fuera candidato a la Alcaldía ni siquiera acudió al Pleno de Investidura para tomar posesión de su acta de concejal y decidió dejar la política municipal tras perder también el diputado que esta formación tenía en el organismo provincial.

Ese mismo diputado es el que le hacía tener un sueldo. La ironía del destino ha querido que haya salido él del Ayuntamiento y, por primera vez desde la democracia, los portavoces de la oposición van a poder acceder a una dedicación exclusiva. ¿Casualidad o intencionalidad por parte del equipo de Gobierno? ¿La decisión de la dimisión de hace unas semanas hubiera sido la misma?

Beneficios

Si esta película pastelosa de la que hablamos al principio se traduce en beneficios para la ciudad, será bienvenida. Si las manos tendidas por unos y otros no son solo de palabras sino que vienen acompañadas de hechos, la ciudadanía lo agradecerá. La altura de miras es necesaria en estos cuatro años.