La noticia del fin de semana no fue que la selección española de baloncesto, un equipo cuyas estrellas son suplentes en la NBA, se clasificara por 21ª vez para cuartos de final del Eurobasket, sino que se está preparando una serie documental sobre Pedro Sánchez titulada Las cuatro estaciones. El BOE del pasado sábado publicó el convenio firmado con dos productoras, Secuoya y The Pooltm, para una docuserie de dos episodios, prorrogable a una segunda temporada de igual duración, sobre la labor y funcionamiento de la presidencia del gobierno.

Me resulta sorprendente que se publique el convenio en el BOE ahora, cuando al parecer la serie viene grabándose desde el 24 de febrero (cuatro días antes de la invasión rusa de Ucrania); supongo que estará todo "atado y bien atado" y dentro de las formalidades legales.

El director del documental será el joven y afamado Curro Sánchez Varela, ganador de un premio Goya, y los derechos de explotación serán exclusivos de las productoras que, una vez cubiertos los gastos propios de la producción, deberán aportar un 20% de los ingresos netos a una lista de ONG seleccionadas por la Presidencia del Gobierno durante el tiempo que este convenio esté vigente, en principio cuatro años.

La Secretaría de Estado de Comunicación se ha apresurado a manifestar que "en ningún caso presentará caracteres propios de propaganda o publicidad partidista o política", y que la idea de la obra audiovisual "está presidida por una finalidad de estricta transparencia democrática”. Este es el único punto que me causa cierta preocupación puesto que inmediatamente ha venido a mi mente la célebre locución latina Excusatio non petita, accusatio manifesta. Con independencia del innegable interés que tendrá la obra, en pleno auge de las docuseries de celebrities hispanas (véanse las de Georgina o Tamara Falcó) en las plataformas de televisión, el equipo de comunicación de Sánchez, que nunca da puntá sin hilo, ha visto una oportunidad fundamental para dar a conocer el trabajo que desempeña el presidente del Gobierno.

Ello en sí me parece fantástico. Es cierto, y se ha comentado, que otros líderes han esperado a abandonar su cargo para hacer este tipo de cosas, pero Sánchez sabe que la cámara le adora y nunca ha evitado participar en programas de televisión de todo tipo, desde El Hormiguero y Salvados hasta Sálvame o El Objetivo de Ana Pastor. Es consciente de que al votante, hoy día, se le gana desde la pequeña pantalla.

Cuca Gamarra y el PP de Feijóo han saltado de sus asientos con inmediatez protestando ante tamaña muestra de egolatría y publicismo electoral, aunque reconocerán en la intimidad que la idea es buenísima y que ojalá se les hubiera ocurrido a ellos en tiempos de Rajoy. Es fundamental hacer un buen trabajo político y, sobre todo, darlo a conocer convenientemente. Aunque, ojo avizor, que estas cosas las carga el diablo. No vaya a ser que el resultado esperado por Pedro Sánchez sea distinto del que pergeñó en un primer momento. Por lo pronto, estamos a expensas de que nos regalen algún spoiler que vincule el trabajo en Moncloa con Vivaldi. Seguiremos opinando, gracias.

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