Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Queridos Reyes Magos, el motivo de la presente es extenderles mis compungidas quejas con motivo del nulo caso que han otorgado mi reciente "carta de reyes" que les remití a SS.MM mediante burofax con acuse de recibo y certificación de contenido el pasado día 14 de diciembre de 2021, a través del infalible servicio español de Correos y Telégrafos, habiendo recibido certificación de la recepción del mismo el pasado 2 de enero de 2022, firmada por su paje D. "Alberto (apellido ilegible)". Es cierto que desde hace mucho tiempo, desde mi más tierna infancia, concretamente, vengo remitiéndoles cartas con infausto resultado. No sé las veces que les solicité una bicicleta, haciendo ustedes caso omiso pese a portarme bien, no robar a las ancianitas, sacar buenas notas, pegar a mi hermano menor sólo lo justo y necesario, y lavarme los dientes en días pares y/o los días 1 y 15, como los investigados que firman en el juzgado.

Cuando pasé ya la pubescencia, mis cartas -igualmente ignoradas por sus vuecencias- solicitaban películas en DVD, cómics de superhéroes, y discos de música, normalmente metaleros. La excusa o razón para rechazar mis peticiones es ya conocida por todos, y me era comunicada abiertamente por su asalariado el Pájaro Pinto: "Espérate a que lleguen las rebajas y lo consigues más barato", a lo que -gratuita y desafortunadamente- añadía: "Además, te hacían más falta calcetines y un pijama de tu talla". Dicho lo cual, cuando uno empieza ya a currar decide hacerles la competencia a SS.MM de Oriente y subsanar individualmente las carencias obsequiosas del destino.

Pero lo de este año ya clama a los cuatro vientos -levante, poniente, en calma y del sur- porque se han limpiado con mi epístola sus reales posaderas. Para cuatro cosas que pido y no me han hecho ustedes para variar ni el más puñetero caso. Hago acopio y registro y aclaro: hace tiempo ya que no pido la paz en el mundo porque he comprendido que mundo y paz son conceptos antagónicos, pero, majestades, si les pido que acabe la pandemia del coronavirus, ¿cómo puede ser que haya más variantes del covid que asesores tenga un político? Uno ya pierde la cuenta, cada día hay una o dos nuevas. Y os pedí también que hubiera vacunas para todos y aquí me hallo, con -casi- cuarenta y cinco tacos esperando a que me pongan la tercera dosis, la de refuerzo, esquivando balas (pedazo de imagen), sin visos de volver a ser banderilleado en breve.

Eso sí, comprendo que estas cosas son más complicadas por aquello de su falta de competencia territorial y geográfica en China y Wakanda, pero que yo les haya pedido que deje de haber imbéciles, imbécilos e imbécilas que se bajen la mascarilla -si es que la llevan puesta- para estornudar o que te fumen en el cogote mientras cada día vemos tropecientos mil contagiados y/o confinados más, y que no los hayan atropellado SS.MM. con sus camellos, eso sí que clama al cielo. Por eso, en el día y fecha de hoy les presento esta hoja de quejas y reclamaciones. Pues yo soy un consumidor insatisfecho y me ampara la ley. Creyente en su magia, sí; pero insatisfecho, a fin de cuentas.

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