Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Dice un refrán que Por sus hechos lo conoceréis. Desde que la democracia tiene uso de razón en España, el Partido Popular siempre se ha distinguido por el uso inapropiado de la bandera de la nación. Un uso partidista de los símbolos que son propiedad por igual de todos los españoles, sean de la ideología que sean. Esto, sin duda, no ha beneficiado para nada al respeto que por parte de todos los ciudadanos se le debe de tener a los símbolos de una nación. Esto ha sido así desde la Transición Española y continúa siendo, recordemos la guerra de las banderas, por interés tóxico de las derechas españolas en algunas de nuestras Comunidades Autónomas.

Pero sorpresivamente en las pasadas elecciones andaluzas, los mítines del Partido Popular destacaron por el colorido que dibujaban en las distintas salas el blanco y verde de la bandera de Andalucía. No había signo alguno del Partido Popular y habían escondido la enseña nacional. Esta era una estrategia de Moreno Bonilla que abrazaba así su andalucismo particular y los asistentes al mitin agarraban como podían la blanca y verde, eso sí, procurando no mancharse de ese nacionalismo tranquilo y moderado que se había inventado su antes defenestrado y ahora líder andalucista. No hay nada de malo en esta estrategia forzada, pero sí que haya pasado desapercibida por una oposición que no acaba de coger el norte de la política opositora.

Pero quiero bajarme a este rincón de nuestra ciudad, San Fernando. Aquí sí que ha pasado desapercibido el cambio producido en las filas de la derecha con respecto a ese andalucismo obligado por el nuevo líder de la derecha española. Desde hace tiempo los populares de La Isla tienen su sede en la calle Real de nuestra ciudad. Desde siempre, en el pretil de la azotea que da a la calle, ha estado ondeando la bandera de España. Hasta aquí todo normal porque, como digo, ha sido la brújula opositora del enfrentamiento de los populares. Pero si pasáis por delante de la sede y miráis hacia arriba, hacia el pretil, os llevaréis la sorpresa al ver el cambio de la bandera de España por la bandera andaluza. Cierto que ha pasado desapercibido este cambio hecho con nocturnidad y alevosía. La sorpresa es mayúscula, sobre todo viendo la trayectoria que ha tenido este partido en esta ciudad reclamando la enseña roja y gualda por todos los rincones de la ciudad, tratando de dejar como antiespañoles los que no estaban de acuerdo con sus peticiones. ¿Qué ha pasado en el PP? Pues que han seguido el mandato de Moreno Bonilla y se han abrazado a ese andalucismo tranquilo y descafeinado.

Es muy difícil cambiar la historia de la Transición de Andalucía en la que, desde el principio, Alianza Popular y luego el PP se negaron a aceptar la autonomía por el 151 pidiendo la abstención o el voto en blanco en el referéndum del 28F. Pero hay que alegrarse porque, aunque tarde, es bueno que la derecha andaluza abrace y reconozcan la autonomía tal y como decidieron los andaluces.

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