Dolor. Es el sentimiento común ante las imágenes que nos han acercado los informativos. Dolor, porque unos jóvenes no puedan divertirse en un concierto, porque esta atrocidad justifique bombardear hospitales. Porque después de miles de años, la constante entre estos dos pueblos sea el deseo de extinguir al contrario.

Dolor e impotencia, ante los convencidos de que el martirio, matando al enemigo, les garantizará la Gloria. ¿Querrá Dios compadecerse de criminales sin arrepentimiento?

Lo más manipulable es la incultura, o la cultura sesgada. Demasiados se niegan a comprender que existen otras formas de vivir dignas y sin imposiciones, con mujeres que puedan estudiar o decidir si lucir o no sus cabellos.

Buscando sinónimos de maquiavélico, aparecen: astuto, engañoso, hipócrita… Me asombra, al releer “El Príncipe”, lo poco que han cambiado algunos pueblos con respecto a estos pensamientos del siglo XVI. Juzguen ustedes en el prólogo de 'El Príncipe' de J. L. Jáuregui.

“Maquiavelo describe al hombre como mitad hombre y mitad bestia y por eso el príncipe debe gobernar el pueblo con leyes —cosa propia de hombres— y con la fuerza bruta y despiadada— cosa propia de bestias—“.

Solo las bestias manipuladas la emprenden a tiros en un concierto. Solo las bestias deciden dejar morir por inanición a un pueblo inocente.

En otro apartado Maquiavelo opina que las colonias resultan económicas… “y con muy poco se consigue mantenerlas; y solo se molesta a los que se desposee de sus campos y de sus casas para que se asienten en ellos las colonias, y hay que tener en cuenta que los perjudicados son una mínima parte de cuantos componen un estado; además, los ofendidos, al permanecer dispersos y pobres, no tienen posibilidad de obrar en contra".

En el mismo prólogo surgen las ideas de Hobbes, seguidor de algunas ideas maquiavélicas con sentencias potentes que resumo: ¿Qué opinión tiene el hombre de sus semejantes cuando tiene que viajar armado, cuando cierra con llave las puertas de su casa, o sus cofres y cajones?

Estas lecturas zarandean las conciencias. ¿Por qué permitimos esto? ¿Quién está detrás, beneficiándose de las guerras?

Estas lluvias invitan a pensar y leer.