Políticos incultos

Qué gran razón tenía el poeta: la más triste historia es la de España, porque acaba mal. ¿Cómo no hacerlo, con estos representantes de lo que somos? Historia de la España toda, ahíta de políticos incultos, trincones y analfabestias

Llevamos una semana intensa, con patinazos, lapsus y equivocaciones por doquier; palpables demostraciones de que los que realmente tienen cultura y saben de las cosas somos algunos de nosotros y no los políticos o esos asesores que les escriben los discursitos.

Comenzó todo con Pedro Sánchez otorgando por duplicado la presidencia de Senegal al líder de Kenia, émulo de aquel épico "¡Viva Honduras!" que con tanto mérito pasó a los anales de las vergüenzas políticas. Lo sé, los efebos del "y tú más" dirán que qué pasa con Feijóo (al que muchos llaman Rajoy 2), que no sea más facha y critique también al popular. Estupideces dichas por estólidos. En este negociado se reparte como en la casa de los Bad Boys, sin atender el color del carnet: pasen, reciban y se vayan.

Lo cierto es que lo de Núñez Feijóo fue de nota, mucho más que cuando María Jesús Montero preguntó a Cuca Gamarra dónde estaba su líder, que no había ido al Congreso: "En el Senado", le respondieron, pizpiretos, desde la bancada popular. Es lógico, dado que el ex presidente gallego ocupa plaza en la cámara senatorial.

Lo de nuestros politicastros suele pasar cuando hablan de lo que no saben o de lo que se han escuchado por boca de otro. "Podemos situar el nacimiento de la posverdad en aquella distopía escrita por Orwell allá por el año 1984, que, como saben, describe un régimen totalitario con toda su crudeza", dijo el gallego en el Foro de Liderazgo Joven Mundial. ¿Qué sabrá Feijóo de Orwell o de distopías?, seguramente ni haya visto El cuento de la criada en Netflix, que es una serie de feminiprogres. Al cráneo privilegiado del redactor de discursos de Feijóo le aconsejaría que leyera V de vendetta, que bebe de las fuentes orwellianas, y, cómo no, El hombre en el castillo, que negamos categóricamente haya sido escrito por Sara Mago.

Las distopías dejarán en algún momento de serlo y se convertirán en crónica de villorrio y corte. Como alguno dice, pagamos el internet para cosas como esta de Feijóo o de Pedro Sánchez, quien con ánimo de dárselas de culto decía antié en un mitin-homenaje a Felipe González: "No olvidemos de dónde venimos, y yo recuerdo y mucho lo que decía Blas Otero en uno de sus versos más conocidos, por desgracia; decía textualmente: de todas las historias de la historia, la más triste sin duda es la de España, porque acaba mal".

No es ya que PS le quitara la "de" al Otero, sino que los expertos en poesía brincaron de su tumba para corregir al presidente socialista: el verso era de Jaime Gil de Biedma, incluido en su libro Moralidades,  publicado en México en 1966. Qué gran razón tenía el poeta: la más triste historia es la de España, porque acaba mal. ¿Cómo no hacerlo, con estos representantes de lo que somos? Historia de la España toda, ahíta de políticos incultos, trincones y analfabestias. Como predijera en su día en su día el clarividente poeta Jordi Pujol sobre el Empecinado: "Qué buen vasallo, si hubiera buen señor".

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