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Pablo-Manuel Durio

pdurio@diariodecadiz.com

Luces y sombras de Eléctrica

El foco de las pérdidas millonarias en Eléctrica de Cádiz se ha puesto en la asesora del alcalde, ¿pero es ella la responsable de la sociedad y de las decisiones tomadas?

Algo huele a quemado en Eléctrica de Cádiz. El desastroso balance de 2021, con 15 millones de euros en pérdidas, no termina de ser aclarado por la sociedad ni por el equipo de gobierno. Tampoco es que la oposición esté cumpliendo su papel fiscalizador, con tenues críticas casi obligadas tras la noticia y con un sonrojante “yo no sé nada” del partido que ocupa la vicepresidencia de la compañía eléctrica en esa jugada que propició en 2019. No es dado el alcalde de la ciudad a las comparecencias, menos aún para dar explicaciones cuando falta hacen (para eso tiene las redes sociales); ni tampoco ha asomado la cabeza en todo este entuerto el concejal del ramo y presidente de Eléctrica de Cádiz, José Ramón Páez, que suele presumir de conocimientos económicos.

En contra de estas acciones que se esperaban de un gobierno transparente, la reacción de Adelante Cádiz ha sido poner el foco en la asesora energética del alcalde, Alba del Campo, que llegó en 2015 a enseñarle a los gaditanos cómo debía funcionar esto de las energías renovables y el cuidado del Medio Ambiente y se marcha dejando un gran boquete en la sociedad de mayoría municipal y con un cuestionable bono social que nunca se implantó; entre otros “logros conseguidos” que aludía José María González al día siguiente de saberse que han invitado a Del Campo a bajarse del tren de los anticapitalistas.

La señalada en este escenario, por tanto, ha sido la asesora Alba del Campo, que pasa así de ser la gran gurú de la energía a ser despedida. ¿Pero es ella realmente la responsable de lo ocurrido en Eléctrica de Cádiz? No deja de causar sorpresa que nadie del equipo de gobierno ni de la empresa advirtiera lo que estaba ocurriendo con las cuentas hasta llegar a ese balance final de 15 millones de euros en negativo. Porque Del Campo sería la asesora energética de Kichi, pero en el seno de la empresa no dejaba de ser una consejera más, un solo voto de los nueve que adoptan las decisiones en el consejo de administración.

Teniendo esto en cuenta, toca mirar hacia arriba. En el plano técnico o empresarial, cabría preguntarse por el papel jugado por la gerencia de la sociedad, que no ha visto el problema o no ha sabido advertir o frenar. Pero en el terreno político, Eléctrica de Cádiz tiene un máximo representante que es su presidente, y a la sazón concejal de Economía y Hacienda. ¿No tiene Páez ninguna responsabilidad en todo lo ocurrido? ¿No miró las cuentas de la empresa en ningún momento de los doce meses de 2021? ¿No se reúne con el gerente periódicamente para analizar cómo van las cosas? ¿No se preocupó ante las noticias diarias respecto a la dolorosa subida del precio de la energía?

Y si se sigue mirando hacia arriba, está también la figura del alcalde, que se otorgó la representación municipal de la junta general de la compañía tras las elecciones de 2019, en ese pacto suscrito por un PSOE que hoy dice desconocer lo que pasa en Eléctrica. ¿No es responsable, por su cargo, de lo ocurrido? Es más, nada más saberse el desfase de 15 millones de euros en unas cuentas habitualmente positivas (en 2020 arrojó un saldo favorable que superó los 14 millones) sacó pecho de la gestión por el ahorro que suponía para el bolsillo de los gaditanos, en una de las varias contradicciones en las que ha caído en este asunto. Porque es contradictorio aplaudir su gestión en Eléctrica en 2021 y días después fulminar a su asesora, que es la que asesoró que no había que indexar los precios; como es contradictorio invitar a irse a Del Campo y aplaudir públicamente su profesionalidad y buen trabajo.

La única luz en torno a la compañía eléctrica hoy es que ha perdido 15 millones de euros por una mala gestión en 2021 que va a ser remediada ahora con esa subida de la factura de la que hasta ahora el equipo de gobierno sacaba pecho sin echar cuentas a la calculadora. Eso, y la salida por la puerta de atrás de la asesora energética. Pero siguen siendo muchas las sombras que quedan sin responder y sin comprender en torno a lo ocurrido. Queda pendiente que alguien encienda el interruptor general.

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