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Puente de Ureña

Leyendas y leyendos

Fantasmas en la casa abandonada de la Cruz Roja, en el Callejón de Cróquer, en el antiguo Museo de la casa de Palomo, en el Patio Cambiazo…

Hay libros editados sobre los fantasmas, las ánimas, las sombras vampíricas habidas en leyendas y cuentos y consejas de viejas, de los que se contaban de noche en las frescas noches del verano, cuando la oscuridad podía acentuar con una tilde oscura el temor de los niños. Fantasmas en la casa abandonada de la Cruz Roja, en el Callejón de Cróquer, en el antiguo Museo de la casa de Palomo, en el Patio Cambiazo… Mirador de San Fernando agotó toda su tirada, un día que sacó una foto del Patio Cambiazo con el fantasma en el negativo. En la novela inédita La espuma juega en la orilla, de nuestro escritor Luis Berenguer, salen fantasmas por el contrabando… En Cádiz capital también los tienen.

Y el círculo cerrado del mundo de los toros, también. Con toreros, vampiros, cementerios…Un torerillo magiar, Luis Figueroa, herido por una res en un evento de corrales, pretendía a una dama, bellísima, que no le hizo caso. Murió de tétanos. El cuerpo, fue depositado en el Cementerio de Seye, Yucatán, Méjico, vestido de torero, en una fosa. Esto ocurría en 1928, cuando las calles, de noche eran más oscuras que el cosmos sin estrellas. Cuando abrieron la tumba para echarlo al osario, encontraron el cuerpo incorrupto y que el fallecido torero lucía unos largos y afilados colmillos, que sobresalían de sus labios rojos, y unas impresionantes uñas que más bien parecían garras. Era un vampiro, catalogaron y decidieron, que toda persona fallecida por tisis o anemia, era el resultado de Luis Figueroa succionando hematíes. La leyenda subió quilates cuando la dama por la que suspiró de amores, también murió pálida y alba y consumida.

Pero al Figueroa le salió la competencia, años más tarde. Se llama, si es vampiro, Rosendo Álvarez. Toreando a una res llamada Tinieblas, -ya empezamos-por un despiste suyo lo mató un cornalón de caballo. Murió pasando las vías del tren, ese que jamás cogería, cuando lo trasladaban al centro de Salud de Calkiní.

La familia, muy pobre no llegó al velatorio ni al sepelio. El dinero es ese techo imposible de romper y que ahora, llaman techo de cristal. Una vez transcurridos los tres años reglamentarios para la exhumación de un cadáver se presentaron, al fin, los padres de Rosendo Álvarez para reclamar sus restos y llevárselos a la ciudad de México. El enterrador destapó la bóveda y jaló el ataúd, hasta las afueras de la sepultura. Con una brocha le quitó todo el polvo y telarañas. Empezó a desclavarlo. La familia observaba con solemnidad el momento que tanto esperaban para volver a ver lo que restaba de su hijo. Por fin, se había arrancado el último clavo de la tapa del féretro. Había llegado el momento tan esperado por los padres del muchacho. Solamente había que levantar la cubierta y listo. Pero el sepulturero, bebedor, los dejó solos para tragar su ron inmarcesible. El padre del muchacho levantó la tapa de la caja mortuoria. La familia vio entonces un rostro conservado y fresco, pelo y barba crecidos, uñas puntiagudas, un rostro dibujando una sonrisa, y una boca entreabierta que mostraba unos brillantes y afilados colmillos, que a contraluz semejaban los de un vampiro, además, su chaquetilla de torero estaba extendida hacia arriba, simulando unas diabólicas alas. Era un cuadro espeluznante, aterrador. No esperaron más, se olvidaron que eran padres de aquel infortunado hijo y sin decir adiós, desaparecieron para siempre, olvidándose de aquel ser al que habían dado vida. Todavía hoy, con la leyenda de fotos del cadáver incorrupto que la humedad destruyó, y la propietaria de las fotos echando leña de recuerdos al fuego contribuyó a extenderla, al igual que los políticos folkloristas. "Rosendo llegó muy arrogante al poblado, se expresó despectivamente del lugar y se negó a rezar antes de actuar esa tarde. Dios lo castigó por ateo". La leyenda del "Vampiro torero" ya forma parte del folklore de Calkiní. Y don Quijote cabalga de nuevo por aquellas tierras.

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