Mientras esbozo estas líneas, el soniquete del tubo de escape de una motocicleta me tiene frito. De un tiempo a esta parte en El Puerto hay mucho ruido, pero mucho. Quizás porque se sabe que el Ayuntamiento no cuenta con medios técnicos para medir la sonometría –el ensordecedor ruido-, ni de los vehículos a motor, ni de la contaminación acústica de chiringuitos, con música a todo trapo y menos papeles que un conejo de campo.

Recuperar el sonido, de la ciudad y sus ciudadanos, es prioritario. Hay que convencer a los que abusan de nuestro descanso y de nuestro silencio. Decirles que es necesario compatibilizar sus momentos de ocio y desenfreno con la tranquilidad y el sosiego que buscamos los demás. Los responsables municipales deberían tomar medidas, aunque me temo que todo seguirá como está.

Mientras mis oídos se acomodan a la música que tengo de fondo, mi retina saca de sus adentros imágenes esperpénticas.

Verán, les hablo de la cantidad de fotos que se hacen los políticos de nuestra ciudad. Y me digo, estos señores se creen que a los portuenses se nos pueden engatusar con tanta imagen. Con la excusa más peregrina, se atusan sus vestimentas y atrezos para vender, comprar, abrir, cerrar, y si viene al caso anunciar por tercera o cuarta vez algo que no acaba de cuajar. Ni me imagino las que quedan, cuando se acerquen las elecciones locales.

Lo de las fotos tiene su aquel, y si no que se lo pregunten a Alfonso Guerra, cuando apuntó aquella memorable frase: “el que se mueva, no sale en la foto”. Para sentenciar que la disciplina del partido, por encima de todo.

Lo que no saben nuestros representantes es que a la mayoría nos importa muy poco esas instantáneas, en ocasiones absurdas. Se oye en la calle esa demoledora frase: “muchas fotos y pocas soluciones”. Y así nos va.

Sentado lo sentado, me quedo con dos frases geniales, la del pintor impresionista francés Auguste Renoir cuando apuntó que “una fotografía debe ser agradable, alegre y bella. Ya hay un montón de cosas aburridas en la vida”. O la del fabulista griego Esopo: “la rueda más estropeada del carro es la que hace más ruido”

Luego dirán que nos quejamos de todo. Salgan a la calle, escuchen, lean y opinen. Y después, reflexionen.

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