Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Hay determinadas cuestiones para las que tengo una opinión firme y radical. No son muchas, la verdad. En la mayoría de las ocasiones trato de ponerme en la piel del otro, de valorar otras opciones, de intentar comprender los argumentos del que tengo en frente. Aunque como digo hay algunas con las que lo tengo complicado. En realidad me recuerdo a Juan del Val cuando en su sección de El Hormiguero dice cosas que no soporta. El que me conoce lo sabe. Cuando tengo clara una cosa, el gen Capricornio sale a flote. Y eso es así. ¿Algún ejemplo? El tabaco. Reconozco que con este tema me importa un pepino la salud de la industria tabaquera (salud, precisamente). Cuando un producto es perjudicial para la vida hay que dejarse de paños calientes, de zonas de fumadores y de zarandajas. Me es indiferente el impuesto que deje de cobrar el Estado y creo que las personas que regentan un estanco deberían tener inmediatamente una permuta de su licencia por la de una administración de lotería o una farmacia. Con el tabaquismo creador de EPOCs soy radical, lo repito.

Y también lo soy con la prostitución. Por eso aplaudo la iniciativa que el gobierno de la nación está llevando a cabo estos últimos días. Me parece, además, necesario. Lejanos quedan ya los días en que dentro de un mismo partido unos pedían la abolición y otros la regulación laboral de las prostitutas. Con esta reforma legislativa parece ser que se va a atacar al proxeneta, al titular del local de negocio y al cliente de la meretriz. Dicen que la prostitución es la profesión más antigua del mundo y puede ser que sea cierto, pero no por ello debe ser respetada. Por lo que he visto en las noticias, en Alemania es una actividad laboral totalmente legal, lo que viene a confirmar la categoría kantiana de los germanos: son cabezas cuadradas.

Leo argumentos dispares, de todo tipo. Desde el que dice que con prostitutas se evitan violaciones hasta otras opiniones algo más extravagantes. Tengo que esforzarme para no enredarme en discusiones por algunas de ellas. Lo cierto es que sobrepasamos las lindes de la ética y la moral. ¿El Gobierno Sánchez le ha declarado la guerra a la gestación subrogada? Puede ser que sí, pero este paso adelante contra la prostitución es un verdadero avance feminista. El proxenetismo y la trata de blancas son graves males de nuestra sociedad y no debemos consentirlos. Mujeres que son traídas a España engañadas o simplemente buscando un futuro mejor no pueden ser usadas como mercancía carnal por mafias; muchas de ellas acaban enganchadas a sustancias estupefacientes, al alcohol. No hay nada digno ni lícito en eso. No puede admitirse que un hombre o una mujer, un gay o un hetero, sirvan para el desahogo sexual de alguien, previo pago de los honorarios acordados.

Quizás hoy, en su fuero interno, usted piense que no está de acuerdo conmigo. Quizás lo diga abiertamente o no. Yo sólo tengo algo que decir: me es indiferente. Prohibición y persecución. Cuanto antes. Dejémonos de monsergas. Y de morsegones.

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