Nativel Preciado. Periodista y escritora

"El periodismo no debe ser el cuarto poder, debe ser el control del poder"

  • 'Hagamos memoria: políticos y periodistas de la Transición a nuestros días' es el último libro de la analista política y novelista que estará esta tarde en el Baluarte de la Candelaria

-En su libro traza un paralelismo entre la situación política en tiempos de la Transición y en la actualidad. ¿Es la historia circular?

-Yo creo que sí. La historia se repite, no con los mismos personajes , ni en las mismas circunstancias, con sus elementos diferenciadores, pero sí se repite y, por ello, hay que hacer memoria y recordar qué soluciones se encontraron entonces para retos y obstáculos parecidos a los que vivimos ahora. Quizás encontremos respuestas...

-Memoria democrática, revisión de la Transición... ¿por qué al pueblo español le cuesta tanto mirar atrás y analizar su historia?

-Es verdad, porque otros pueblos como los alemanes, los estadounidenses o los franceses lo hacen con cierta frecuencia. Quizás el hecho de haber tenido una dictadura tan larga nos ha amedrantado un poco. Ha amedrentado a los que la vivieron y ha metido ciertos temores en la sociedad inculcando que lo mejor es borrar un pasado tan duro. Sin embargo, es un ejercicio muy sano el recuperar y recordar, saber lo que sucedió y sacarlo a la luz ahora que se puede, o se debería poder...

-'Hagamos memoria', encabeza el título de su libro, pero sabemos que la memoria es tramposa, ¿hay una labor de documentación que contextualice sus recuerdos?

-Este libro me lo planteó la Fundación Lara y forma parte de una colección sobre visiones personales de determinados hechos. A mí me pidieron que escribiera no sólo de la Transición, también de los años 90, de cómo empezó la corrupción, del porqué la decepción política de los españoles... Yo he vivido, como siempre digo, desde la fila cero muchos de esos acontecimientos, pero no hay que confundir la biografía con la historia porque, como dices, la memoria es tramposa... Pero una de las cosas buenas que tenemos los periodistas, es que estamos acostumbrados, al menos algunos, a ser precisos y a contrastar consultando fuentes y datos en las hemerotecas. Y te llevas muchas sorpresas...Yo me las he llevado cuando he comprobado que algunos de mis recuerdos no correspondían del todo con la realidad bien porque el hecho ocurrió pero con otros protagonistas, o porque había algún antecedente que no conocía y eso le daba otra dimensión... Así que, sí, he contrastado mis recuerdos para que estas memorias no sólo se ajusten a mi propia biografía.

-¿Caminamos hacia una segunda Transición?

-A ver, es una cuestión de términos. No vamos, exactamente, a una segunda Transición porque no vamos a pasar de un sistema político a otro, pero sí estamos ante un momento crítico, de cambio. La situación española de aquella época no es la misma que la de ahora pues aún no estaba consolidada la democracia y teníamos encima el terrorismo de ETA que dejó muertos, hizo estragos y creó tensiones insoportables. Ahora soportamos otro tipo de tensiones, la de una crisis económica para la que no tenemos capacidad de maniobra, la enorme pérdida de derechos... Los contextos son diferentes pero quizás sí compartimos la confusión de valores, el desencanto y la rabia.

-También compartimos con aquel tiempo la esperanza...

-El 15M fue un movimiento muy importante y, quizás, el único junto con las primaveras árabes, que puso un poco de esperanza al deseo de salir adelante. Pero las primaveras árabes han resultado un desastre, están estancadas, menos en Túnez aunque allí también están pasando lo suyo, y nosotros estamos en un impás, con los experimentos de los nuevos partidos y la nueva política... Esperemos encontrar más signos de que los tiempos están cambiando, que diría Dylan.

-Nuevas elecciones, ¿un fracaso o una oportunidad?

-El fracaso es que los políticos no hayan llegado a un acuerdo, no hayan sido capaces de cambiar la situación, ni aceptar el mandato de gobierno. Pero tener la posibilidad de otras elecciones democráticas no tiene nada de malo. Afortunadamente, de hecho, podemos ir a elecciones.

-¿Qué caracteriza la relación entre política y periodismo? ¿Es una relación de necesidad, de intento de dominación mutua...?

-Hemos perdido el sentido de la profesión en muchas ocasiones... Los políticos siempre han querido manipular al periodista y nosotros, algunos, yo no desde luego, han tenido demasiada cercanía con el poder. Algunos han tenido el complejo Watergate y han querido tumbar gobiernos, nombrar cargos... Y esa no es la función del periodismo. El periodismo no el cuarto poder, es el control del poder, y algunos en vez de ser testigos de la historia han querido ser protagonistas, y ese es el error.

-¿A qué se debe el auge del debate político televisivo, al interés ciudadano por la política o la espectacularización de la política creada por las televisiones?

-El inicio de ese auge es uno de los efectos del 15M, la politización de los ciudadanos que vieron que podían participar de la política; luego, la televisión, los medios de comunicación, para sobrevivir le dieron el toque del espectáculo. Cuando la gente de mi generación lamenta que ya no existan los debates de La Clave siempre les digo que, salvo una o dos excepciones, ahora serían insoportables porque el espectador mismo ha cambiado y necesita percibir las cosas con otro lenguaje. Es verdad que a veces esos programas se pasan con el espectáculo pero es el eterno equilibrio entre el entretenimiento y el rigor, al que hay que aspirar siempre, como aquello que decía Galeano sobre caminar hacia el horizonte aunque no se alcance.

-¿Qué es más complicado, que el ciudadano recupere la confianza en la política o en el periodismo?

-Uff, estamos los dos muy mal valorados... Yo defiendo lo mío, defiendo la profesión porque es útil para la democracia poner el foco en lo bueno y, además, tenemos muchos ejemplos recientes como los compañeros que dejan todo y que sin amparo de una redacción se van a informar sobre refugiados, sobre las guerras, sólo por el afán de contar lo que pasa. Otro ejemplo es el de los Papeles de Panamá. Pero también hay que reivindicar la labor de los periodistas de los medios locales que se ocupan de sacar a la luz problemáticas y el abuso del poder en su entorno. Ellos también se la juegan. Esta profesión es muy difícil pero hay que ejercerla honestidad y con entusiasmo. Yo los sigo manteniendo.

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