LA COCINA | CRÍTICA
Cuando el ego creativo se inflama
Patrimonio
La Comisión Provincial de Patrimonio de Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía ha decidido desmontar parte de la vivienda medieval localizada en la calle Barrocal, 9-11, la única del Cádiz almohade hasta el momento localizada en la ciudad con el alzado y el óptimo estado de conservación que presenta, y la decisión ha suscitado la inquietud entre los expertos, vecinos del centro de la ciudad y del propio Consistorio.
Hoy mismo, el concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Cádiz, David Navarro, ha convocado una rueda de prensa junto a la Federación de Asociaciones de Vecinos 5 de abril para hablar de estos hallazgos y de la decisión de Cultura, en una cita a la que se ha invitado a colectivos implicados en la defensa del patrimonio.
Concretamente desde uno de ellos, la Asociación para la Difusión e Investigación del Patrimonio de Cádiz (ADIP), cuyos miembros han visitado estos días el yacimiento arqueológico, se han manifestado en contra de la decisión de Cultura, al considerar “el valor arqueológico e histórico de estos vestigios únicos en el entorno de expansión fuera de la muralla”, apunta su presidente, Moisés Camacho. Por tanto se inclina por la necesidad de “invertir en su puesta en valor ya sea in situ o su desmontaje total para poner en valor en otro lugar, como se hizo con la villa romana que se reubicó en la Zona Franca”.
El informe de la Comisión de Patrimonio facilitado desde la Delegación Provincial de Cultura apunta concretamente que “considera viable el desmontaje parcial de las estructuras arqueológicas localizadas de acuerdo con la planimetría presentada”. “No obstante –añade el documento– quedamos pendientes de la finalización de los trabajos arqueológicos para establecer de manera definitiva la afección de las obras a las estructuras, que deberá especificarse”.
El informe también indica que debe excavarse toda la superficie del solar afectada por remociones de tierras y que se debe “buscar una solución para la ubicación de la grúa”. Por tanto, explican desde Cultura, “estamos pendientes de que se informe sobre los aspectos antes mencionados por parte de la Dirección de la Actividad Arqueológica, para hacer un pronunciamiento definitivo”.
Un informe que no irrumpirá en la continuidad de las obras del futuro edificio de viviendas con fines turísticos, donde se ha proyectado un edificio de cuatro plantas incluido el sótano y que se ha planteado en régimen de cooperativa. La promotora es la Sociedad Cooperativa Andaluza Barrocal 9-11, del arquitecto Gumersindo Fernández.
Hay que tener en cuenta que según el PGOU, este solar está ubicado en un lugar con grado de protección 2, por lo que se establecía una excavación arqueológica preventiva con sondeo que, finalmente, pasó a ser excavación en extensión, una vez fue inspeccionado por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía. De hecho, el resultado de la excavación ha sido una sorpresa para el equipo de arqueólogos, al no esperarse en la zona del arrabal de Santiago –los aledaños a Candelaria—una estancia doméstica de estas carácterísticas.
Ante tal hallazgo las opciones eran documentar y tapar, que es por la que se ha optado, trasladar la estructura completa a otro lugar para su puesta en valor, o su puesta en valor in situ. En caso de que Cultura como máxima autoridad en materia de patrimonio hubiera optado por la última, tendría que haber indemnizado a la propiedad por lucro cesante o haber llegado a algún tipo de acuerdo como puede ser una permuta de un solar. Pero se ha optado por la primera y los expertos en patrimonio vuelven a mostrar su inquietud con el trato que, en general, recibe nuestro legado histórico.
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