"Las canciones no cambian el mundo, pero sí pueden cambiar a las personas"

Así, de primeras, pues da reparo hacer la pregunta. ¿Qué fue de los cantautores, Luis? Da cosilla, le digo. Él contesta con una risa. Hombre, tengo entendido que le jode la cuestión. De hecho, esta canción con título de interrogante nace de una pregunta "que periodistas despistados, pero no es tu caso", me exculpa educado, le hacían cada tres o cuatro años al músico después de la efervescencia del movimiento de la canción de autor que se desinfla con la llegada de la Democracia. "No, no te preocupes, después de todo el poema, la canción, no deja de ser un manifiesto de 40 años de la historia de este país a través de la canción de autor". La conversación no ha comenzado mal. ¿Qué fue de los cantautores? ya no es una pregunta maldita. "Es, de alguna manera, un ajuste de cuentas personal", dice. Es el último disco del veterano músico Luis Pastor que participa hoy en el ciclo Transformaciones, canciones que cambian el mundo, con un concierto en el Aulario La Bomba.

"Es una manera de devolver la ilusión a gente que la tenía perdida. ¿Qué fue de los cantautores? era en principio un poema que recitaba y que tenía por ahí colgado desde hace cuatro años pero ha sido ahora, ya musicado, cuando llama la atención. Y, por otro lado, también es mi forma de recuperar el espacio histórico que le corresponde a la canción de autor que ha sido apartada de las recuperaciones musicales, sobre todo, por parte de la televisión que se ha centrado más en la música comercial", analiza Pastor que cree que este ninguneo se debe "a la capacidad de análisis y de crítica" del cantautor que lo convierte en una figura "molesta e incómoda" para los poderes, "aunque sean regidos por gente de izquierda".

José Ignacio Lapido, el músico que inauguró el ciclo de Transformaciones, no cree que las canciones cambien el mundo porque no pueden cambiar las estructuras del poder. Luis Pastor escucha, calla unos segundos. "Pues, yo lo que pienso es que las canciones cambian a las personas, por tanto, tienen la posibilidad de poder cambiar el mundo. Posiblemente, nosotros contribuimos en los años 70 a cambiar a la sociedad española. Pero sí es verdad que una canción por sí sola no va a cambiar el mundo pero sí, insisto, pueden cambiar a las personas", decide.

Ni una canción sola, ni en un momento concreto. Pastor es de aquellos cantautores, de aquellas personas, que creen que la música es necesaria "siempre". En la crisis y en la opulencia; en dictadura y en democracia; en la calle y en los escenarios. Aún así, reconoce que "en este momento hay una mirada a esta canción" porque, a su juicio, "habíamos olvidado quiénes éramos, de dónde veníamos, habíamos creído en esta sociedad individualista que ha primado el egoísmo". En ese despertar se sitúan las canciones "que apuntan a todo lo contrario, a que realmente nos reconozcamos, que seamos valientes, que no nos dejemos avasallar", azuza. "Vivimos tiempos convulsos y tenemos que apostar por la reflexión y la poesía pero la sociedad ha cambiado y ya no hace falta que el cantautor sea la punta de lanza de reivindicaciones ni de la lucha porque la sociedad debe organizarse por otros caminos como a través de internet, facebook... De las nuevas tecnologías", valora.

Nuevas vías tan válidas como las antiguas. "De hecho, a principios de los ochenta usted rescató aquella figura del ciego que cantaba de pueblo en pueblo la actualidad de otros lugares. Y lo que pones los pelos de punta es que muchas de las canciones de las Coplas del ciego no han perdido vigencia", le recuerdo mientras que lo noto vibrar al otro lado del teléfono. "Ese personaje me salvó de una crisis personal", se adelanta el cantautor que guarda más que cariño por aquel espacio televisivo "que apenas duró tres meses" pero que fue un rayo de luz "en un momento donde ya las casas de discos no me querían grabar, los periodistas que antes te habían hecho caso ya ni se acordaban de ti". "Ahí fue cuando me llamó Amestoy para este programa en un tiempo donde parecía que la canción protesta no tenía sentido. Pero al tercer programa ya la gente por la mañana comentaba la copla del ciego, al principio la gente no sabía que era yo, y después se creían que me había quedado ciego de verdad", ríe al rememorar.

Cuando tiramos de ese hilo, del de la memoria, es complicado de parar ante una trayectoria profesional que comienza en 1970. Luis Pastor ha musicado poemas de Miguel Hernández, de Saramago, "ahora, por ejemplo, le voy a dar algunos a Esperanza Fernández para su nuevo disco", adelanta; ha compuesto para intérpretes de la talla de Cesaria Évora, Carmen Linares, Juan Valderrama... Además de cantar e interpretar sus propios temas en multitud de discos propios. "Un poquito de todo eso se verá en el concierto en Cádiz en el que estaré acompañado de mi pareja Lourdes Guerra". "Hace tiempo que no voy a Cádiz... Mucho tiempo... Tengo ganas", desea.