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concert music festival 2023

Zaz regala en Chiclana esplendor en ‘petit comité’

Zaz durante su concierto

Zaz durante su concierto / CMF (Chiclana)

Zaz no estaba donde tenía que estar; se hallaba en un sitio mejor. La cantante y compositora francesa decidió aparecer sin previo aviso de entre el público para arrancar el espléndido recital que ofreció en la noche del pasado domingo en Concert Music Festival. Las caras de asombro y entusiasmo de la audiencia ante la súbita ocurrencia de la artista presagiaban una velada muy especial. Y así fue. Sonaba Les jours heureux (Los días felices) y de esta original manera, llena de dicha y en petit comité, la noche empezó tierna y finalizó apoteósica, henchida de alegría y buen rollo.

Hacía falta soltar lastre en aquella jornada aciaga. Como si de una macabra casualidad se tratase, Zaz quiso colocar en el centro del escenario un gran árbol, elemento troncal que daba la bienvenida a su fértil mundo sonoro, al mismo tiempo que ardía uno de los pulmones de la Bahía de Cádiz. La música y la naturaleza siempre existen entre frágiles equilibrios que mil veces hay que recomponer.

A quien no le hizo falta remendar la excelencia fue a Isabelle Geffroy –verdadero nombre de la artista– ya que el espectáculo que llevó a Sancti Petri fue un auténtico dulce de principio a fin. Porque “Cádiz te quiere”, rezaba una de las pancartas que portaban sus seguidores y, desde luego, el cariño fue mutuo. Por ello la cantautora gala quiso agradecerlo transformándose en un auténtico torbellino que exudaba talento por cada poro de su piel. Los que esperaban una tranquila sesión de chanson francesa erraron de lleno.

Canta Zaz extraordinariamente bien y transmite incluso mejor, que ya es decir. Su propuesta comenzó por las nubes y terminó en la estratosfera. Expresó con cada parte de su anatomía, no dio tregua al tedio y revistió de buen gusto musical la noche chiclanera, con un espectáculo que sonó francamente de lujo.

La cantante y compositora gala comenzó el espectáculo entre el público. La cantante y compositora gala comenzó el espectáculo entre el público.

La cantante y compositora gala comenzó el espectáculo entre el público. / Concert Music Festival

"¿Cómo están?, ¡vamos a bailar!”, exhortó al comenzar el concierto y, sin descanso, fue enlazando canción tras canción para delirio del respetable, del que quiso saber si “vous parlez français?”. Por aquello de las barreras lingüísticas, en un par de ocasiones se atrevió la artista a hablar en nuestro idioma, con gafas, atril y chuleta. La primera fue para introducir la melodía de Si jamais j’oublie. “Me gustan los actos simbólicos porque hacen visible lo invisible”, recitaba antes de encender un farolillo para alumbrar las almas prendidas de música.

En la segunda quiso regalarle a su público español una encantadora versión del clásico Clavelitos. Fue la madre de Zaz, profesora de castellano –narraba la artista–, la que la llevó a descubrir, en una noche de músicos que “me enseñaron a tocar la pandereta con mi cuerpo”, una canción "que siempre que la escucho me hace feliz”. Sancti Petri devino entonces en una improvisada y afinada tuna.

El mejor pasaje del concierto fue el jazzístico, con la artista y su banda sin bajar el ritmo un segundo

Y felicidad siguió aportando la cantante gala con cada interpretación. Imagine, Qué vendrá, De couleurs vives y Ma valse fueron la primeras piezas del recital, donde no se echó en falta una gran pantalla con audiovisuales porque el verdadero show era toda ella. “Conocéis mi amor por el jazz”, compartía Zaz segundos antes de poner a Chiclana a palmear al ritmo del swing en la mejor parte del concierto. Su acompañamiento de cinco musicazos se transformó en big band en un frenético pasaje sonoro en el que se sucedieron Les Passants, Comme ci, comme ça, Paris sera toujours Paris y Laissez-moi. “La veo un poco estática”, bromeaba un asistente muy cerquita de las gradas, asombrado por la energía incombustible de la francesa.

Para no bajar el ritmo, Zaz se puso roquera con On s’en remet jamais y continuó con La fée, Tout là-haut, Dans ma rue –“¿saben la historia?”, preguntaba acerca del desgarrador tema que contó y cantó y que arrancó aplausos por doquier–, Serendipia, Éblouie par la nuit, On ira y la más esperada y disfrutada, Je veux, su primer éxito mundial que sirvió como inmejorable colofón a la fiesta. En dicho jolgorio no hacía falta traducción.

Cerró la madrugada la artista con dos bises, Le chant des grives y el mítico La vie en rose, poniendo a bailar pegados a los que aún no querían marcharse de Chiclana. En su primera visita a Cádiz, Zaz sobrepasó todas las expectativas y dejó ganas de mucho más.

Tras la actuación de Zaz, el público también pudo disfrutar del espectáculo propuesto por Claptone, el misterioso artista de música electrónica que siempre permanece oculto tras una singular máscara.

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