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El escalofriante testimonio de las víctimas en una grabación

P.i. Jerez

18 de octubre 2016 - 06:00

Hubo un momento en la sesión de ayer que puso los pelos de punta. El fiscal pidió que se escuchara una grabación, al parecer realizada por Laura, una semanas antes de que se produjera el crimen. Lo hizo después de que el acusado contestara a las preguntas del fiscal sobre su relación con su hija: "Yo nunca discutía con ella; ella discutía conmigo".

La grabación de tres tensas conversaciones entre padre e hija desdecía la declaración. En ellas, mientras Laura reprochaba a su padre no alimentar a su hermano Juan Pablo, de tenerle "como un palo", Juan Márquez insistía una y otra vez en solucionar otro problema, el de la herencia de la que había sido su mujer y la madre de Laura, que había fallecido unos meses antes. Laura, estudiante de Finanzas en Sevilla hasta que su padre cerró el grifo y se tuvo que volver a Ubrique, habla consecuentemente y con firmeza, con un lenguaje mucho más elaborado que el de su padre.

Lo que pretende Juan Márquez en esta conversación es que su hija acceda a entregarle el piso a cambio de quedarse los hermanos con unas fincas. Dice él que el piso "valdrá sólo 20 millones de pesetas si los vale, que ahora los pisos no valen nada. Las fincas valen más porque la tierra nunca pierde su valor". Ella se ve sorprendida. "¿Qué es lo que me quieres decir con esto? No te entiendo. La casa era de mamá, por lo que tú solo eres usufructuario, los propietarios somos nosotros. Ocurre lo mismo con El Amarguillo (la mayor de las fincas). Y las otras dos fincas, las que compraste con mamá, son un 50% propiedad tuya y el otro 50% propiedad nuestra". En el juicio se demostró que Juan Márquez había empadronado a su novia en el piso de los hermanos y que su intención era vivir con ella allí. Mientras, él pagaba un piso de alquiler a su compañera sentimental, unos 300 euros al mes, dijo. Además, había regalado a su novia una operación de robustecimiento de pechos que costó 4.500 euros. Pidió un préstamo para ello.

El acusado parece desesperarse ante la negativa en redondo de su hija, que de lo que quiere hablar es de su hermano, Juan Pablo, que a veces interviene para dar la razón a su hermana. Parece existir sintonía entre ellos, aunque en su declaración Juan Márquez afirmó que posteriormente se deterioró su relación.

También hablan del motivo por el que él había cortado todo suministro de dinero a su hija. "Tú tienes 19 años, yo no tengo que cuidar de ti, busca un trabajo. Y de tu hermano cuidaré hasta que cumpla los 18 años".

En una tercera conversación el ánimo termina de caldearse cuando Laura saca a colación la relación de su padre con su novia. El acusado afirma que como toque a su novia le suelta un bofetón. Laura se marcha llorando amenazando con denunciarle a la policía.

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