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Tribunales Cádiz

Afectada y ex empleada de Sempi Gold: "Mi madre invirtió los ahorros de toda su vida"

  • Una ex trabajadora demanda a la compañía que ahora investiga la Guardia Civil por una supuesta estafa piramidal en inversión de oro

Afectada y ex empleada de Sempi Gold en el despacho de su abogado.

Afectada y ex empleada de Sempi Gold en el despacho de su abogado. / Lourdes de Vicente

"Nos vendieron las bondades del oro como un valor seguro, un producto 'refugio' cuya cotización en el mercado era una apuesta a caballo ganador. Invertir en un metal precioso era un caramelo financiero que, bajo su envoltura dorada, escondía sin embargo veneno". Éstas son las declaraciones de A., una de las afectadas por la Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión, Sempi Gold, cuyas oficinas de Madrid y Jerez fueron registradas a principios de este mes febrero por agentes del Grupo de Delitos Económicos de la Comandancia de la Guardia Civil por una supuesta estafa piramidal en inversión de oro, una operación que se saldó con dos detenciones. 

A. ha decidido acudir a los tribunales para reclamar a Sempi Gold la devolución de más de 100.000 euros que lleva tiempo intentando recuperar por la vía extrajudicial sin éxito. El caso de A. es especialmente llamativo porque se considera una doble víctima. Y es que no sólo invirtió los ahorros familiares en Sempi Gold, sino que trabajó durante tres meses para la entidad como consultora financiera en San Fernando. "Viví en primera persona cómo se gestó ese chiringuito financiero. Los clientes llamaban para retirar sus productos y por más que exigían su dinero, la empresa no les reintegraba nada", cuenta.

Precisamente las palabras "posible chiringuito financiero" fueron las empleadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para calificar a Sempi Gold en 2019. Alertó de su dudoso "sistema de capitalización en oro" y de su actividad, que podía ser una "tapadera para apropiarse del capital de sus víctimas". "Lo cierto es que la Comisión Nacional del Mercado de Valores no me abrió los ojos. Yo lo vi todo desde dentro antes", dice la ex trabajadora.

En 2016, A. era una ex empleada de banca. Un ERE en la entidad para la que trabajaba la llevó al paro. “Buscando empleo encontré en un portal de internet una oferta para un puesto de consultora financiera en la sede de San Fernando de Sempi Gold. Después de varias entrevistas y de asegurarme personalmente que el producto que iba a vender ofrecía garantías de seguridad y viabilidad, empecé a trabajar con ellos en enero de 2017 como autónoma”.

"Sólo estuve tres meses", precisa A. "Durante ese tiempo, vendí muchos productos y tuve muchos clientes. Al principio tiré de mi red de contactos y amigos, pero después la cartera se fue ampliado. Afortunadamente, siempre he tenido mucha credibilidad, para mí los clientes son personas a las que se les debe una moralidad profesional", apostilla.

Entre esos primeros contactos que le permitieron formalizar ventas para llegar a los objetivos marcados por Sempi estaba su propia familia. "Mi madre invirtió 40.000 euros, los ahorros de toda su vida, y mi marido, que en ese momento estaba desempleado, 20.000 euros de una herencia familiar. Además, yo contraté un plan de ahorro para la comunión de mi hija que, por supuesto, no hemos podido utilizar".

De todos los productos que comercializaba Sempi Gold entonces, había uno especialmente atractivo, el Sicap. "Era una especie de plan de ahorro remunerado al 6%, un porcentaje super atractivo en esa fecha. Se asemejaba a un plazo fijo que contratabas por tres años y cuyos beneficios se reembolsaban en tres periodos: a los 6 meses, a los 18 y a los 30 meses. En teoría, se compraba oro con la cuantía invertida, oro que bien podías custodiar en tu casa o en los denominados Loomis, empresas de blindado de efectivo. Además, los lingotes -numerados y asignados a una saca precintada- contaban con un seguro de cobertura. Todo estaba muy bien acreditado, justificado y desglosado, aparentemente era un plan sin fisuras".

"Yo vi los lingotes de oro, no era una foto de internet", asegura A., que llegó a comercializar en los tres meses que trabajó para Sempi Gold unos 10 Sicap, lo que en cifras se tradujo en una inversión aproximada a los 100.000 euros. "Sempi sabía promocionarse muy bien. La empresa llevaba cabo una campaña de marketing tremenda para vender las supuestas bondades de un producto financiero que nunca se iba a desvalorizar. Y es que estamos hablando de oro, no de sellos", remata la ex empleada, que recuerda que Gabriel Ruiz Ramírez, presidente de Sempi Gold España, llegó a estar vinculado al grupo empresarial Afinsa, donde estalló el escándalo del Fórum Filatélico.

Transcurridos tres meses, A. decidió de forma voluntaria abandonar Sempi Gold. "Empecé a ver cosas que no me gustaban. Algunos clientes llamaban muy crispados para solicitar su dinero. Otros querían recuperar su inversión, y ni unos ni otros vieron un euro. Les dieron largas. Además, varios empleados comenzaron a hablar de desvíos de fondos y otros tantos dejaron el trabajo", explica la afectada, que también solicitó el reembolso íntegro de su capital y el de su familia, si bien sólo ha percibido 10.000 euros. "Después de cientos de correos electrónicos y llamadas, no me ha quedado otra salida que acudir a los tribunales. Lo único que hacen es ponerme excusas. En plena pandemia me llegaron a decir que la refinería de oro de Alemania estaba cerrada".

"Esto está siendo una pesadilla para mí. Paso las noches sin dormir. Invertí el dinero de mi madre, que ahora tiene 86 años, es viuda y necesita asistencia médica especializada. No puedo permitir que mi madre fallezca sin recuperar lo que es suyo", dice A. derrumbada.

El abogado de la ex trabajadora de Sempi Gold, José Luis Ortiz, ya ha presentado dos demandas en los Juzgados de Primera Instancia número 1 y 3 de Cádiz y ahora se va a sumar a la denuncia penal contra la compañía por estafa. Además, tramita las demandas de otras cinco personas que se encuentran en circunstancias similares a las de A. 

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