Provincia de Cádiz

Su hija, Macarena, feliz porque ya "mi padre y nosotros podemos ir con la cabeza alta"

  • El fin de semana lo llevó al parque acuático y "alucinó", ahora irán de pesca y a la playa

Primero fue su incursión en el mundo de la marginalidad y las drogas. Y después, la injusticia de la que ha sido víctima. Todo ello no sólo le ha privado de libertad cerca de 13 años. También le ha arrebatado una importante porción de su vida (desde los 35 a los 48 años) y la niñez de sus hijos. Tanto que, paradojas de la vida, las cosas que los padres acostumbran a enseñar a los hijos, en el caso de Ricardi, va a ser al revés.

Macarena, su hija, lo decía ayer sin vergüenza. Con orgullo de intercambiar los papeles. "Ahora quiero dedicarle tiempo a mi padre y enseñarle las cosas buenas de la vida". Este pasado fin de semana, lo llevó al parque acuático que hay en El Puerto, "y se quedó alucinado", Ahora, quiere llevarlo a la playa y a pescar.

Porque ahora ella, su padre y toda la familia "podemos ir con la cabeza alta". Macarena apenas quiso abundar en lo que acababa de decir su padre, en cómo durante años les han señalado con el dedo tras ser él condenado por violación,. "Lo he pasado mal, siempre como la hija de ...", dijo, si bien volvió a insistir en que ella siempre creyó que era inocente.

Ella es la que está haciendo de cicerone con su padre por las calles de El Puerto, que siguen deparando mil y unas sorpresa a Ricardi. Y alguna que otra añoranza. Porque a su hija ya le ha preguntado qué ha sido de algún que otro garito de moda en sus años mozos, como la discoteca Galaxia, chapada hace años.

Ahora, piden por favor que la presión disminuya. Que dejen de perseguirle con las cámaras cuando va por la calle. Porque así difícilmente puede alguien superar los traumas y aprender a ser una persona normal.

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